Carles Puigdemont solo piensa en triunfar las elecciones autonómicas del 12 de mayo pero tiene decidido qué hará si no consigue ser escogido presidente de la Generalitat de Cataluña. En cualquier caso, el candidato de Junts ha descartado retornar a España para la campaña electoral y su primer día en Cataluña sería para la investidura, aunque no fuera la suya. «La reverso no puede ser un acto de provocación, para mi esto es muy serio. Estamos al final del trayecto. No haré el mitin final en Barcelona, no lo haré, solo volveré para la investidura. Es un acto de país, no de partido», ha dicho el expresidente catalán, eurodiputado y fugado de la Neutralidad española.
Este martes, en una entrevista para Rac1 desde Perpiñán (Francia), Puigdemont ha defendido que su reverso, tras casi siete abriles de residencia en Bélgica y con la aprobación de la ley de perdón en las próximas semanas, será el candado de «una etapa política y personal» y que, si no consigue instalarse de nuevo en el Palacio de la Generalitat, no seguirá en la Cámara catalana en la examen: «No, honestamente, no, una persona que ha sido presidente de la Generalitat no puede ser líder de la examen, ni estar en el Senado ni en un consejo de distribución». De esta modo ha hecho narración, sin citarlo, a José Montilla (PSC), que tras ser presidente catalán fue senador por designación autonómica.
Pero se ha mostrado convencido de que su candidatura es una opción ganadora. Así, ha asegurado que: «No estoy preparando el discurso de la derrota, estoy preparando el discurso de la vencimiento». Y ha añadido que no es partidario de participar en un debate a dos con Pere Aragonès (ERC) o a tres incluyendo a Salvador Illa (PSC), pero sí con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. «Tiene poca relevancia un debate a tres para conversar de cosas autonómicas, quiero tratar asuntos nacionales. Si Sánchez y Feijóo quieren un cara a cara o un debate a tres bandas, estaré encantado», ha indicado.