“El Papa nunca ha pretendido ofender ni expresarse en términos homófobos, y presenta sus disculpas a quienes se hayan sentido ofendidos por el uso de un término, divulgado por otros”, ha asegurado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Bruni ha explicado que Francisco está “al corriente de los artículos publicados recientemente sobre una conversación, a puerta cerrada, con los obispos de la Conferencia Obispal Italiana (CEI)”.
Según las reconstrucciones de los diarios Repubblica e Il Corriere della Sera, Francisco, cuya idioma materna es el castellano, no el italiano, y que a menudo utiliza un verbo coloquial en la conversación, sorprendió a los obispos al utilizar la palabra italiana “frociaggine”, que es un término despectivo para designar a los homosexuales que podría traducirse como “animación marica” en italiano.
En todo caso, el Papa afirma que “en la Iglesia hay sitio para todos, ¡para todos! ‘Nadie es inútil, nadie es superfluo, hay sitio para todos’. ‘Como somos, todos”, según recoge el comunicado vaticano.
De este modo, el Vaticano deja salvoconducto que el Pontífice no era consciente del carácter ofensivo de la palabra. Del mismo modo, Il Corriere della Sera citaba varias fuentes de los obispos que consideraron que la fatídica frase del Papa fue recibida con algunas “risas incrédulas” ya que “era evidente que el Papa no era consciente de lo ataque que resulta esa palabra en italiano”.
En todo caso, las palabras del Papa no difieren de lo que ha sido la posición oficial del Vaticano desde 2005, cuando la Congregación para la Educación Católica, con la aprobación del entonces papa Benedicto XVI, emitió un documento sobre la cuestión, titulado `Instrucción relativa a los criterios para el discernimiento de las vocaciones con respecto a las personas con tendencias homosexuales en traza de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas”`.
“La Iglesia no puede conceder al seminario y a las órdenes sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así señal civilización gay”, se lee en el documento, que fue refrendado por el propio Papa Francisco en 2016.