Entre las muchas obligaciones desagradables del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para alcanzar el mximo de ayuda contra la criminal invasin rusa est la de tragarse el orgullo y la furia para reunirse con algunos de los dirigentes internacionales que estn encantados de fotografiarse con l, como ha hecho Pedro Snchez en La Moncloa, darle unas cuantas palmaditas en la espalda y traicionar a su opinin pblica -en comandita con sus medios d
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