Hasta noviembre, Anna había una doble vida oculta a su familia que ahora ha salido a la luz tras su desaparición. Dejó de asistir a clases universitarias en noviembre y poco a poco se fue distanciando de sus amigos.
En julio pasado, Anna hizo un viaje de una semana a Perú por primera vez y le dijo a su familia que era un viaje universitario. Sin embargo, el 29 de agosto informó a sus padres que Salía con unos amigos y regresaría el 5 de septiembre. Posteriormente comunicó a su familia que se alojaba en Madrid, donde había encontrado trabajo.
Sospechas de tu entorno
Desde entonces, el entorno de Anna empezó a sospechar y, cuando volvieron a tener contacto con ella, les informó que se encontraba en Lima, Perú, y que había dejado una nota de despedida en la mesa de noche. En la nota, la joven afirmó encontrarse bien y que había tomado la decisión de irse por voluntad propia. Los padres de Anna acudieron a la comisaría para denunciar la situación y Se inició una investigación en la que Anna nunca perdió el contacto con sus padresmanteniendo un diálogo constante.
En declaraciones a Espejo Público, el hermano de Anna, David Marín, asegura que ha mantenido contacto con sus familiares y les ha pedido que retirar la denuncia por su desaparición, expresando su deseo de permanecer en el Perú. David asegura que la familia está devastada y que el contacto consiste en mensajes y audios “muy extraños” a través de WhatsApp.
Anna también ha estado en contacto “a través de correos electrónicos con amigos suyos, pero hay similitudes con el caso de Patricia Aguilar”, una joven ilicitana, que fue captada durante 548 días por una secta peruana a través de Internet en 2017.