“Pedimos respeto y que no se burlen. Que nos dejen disfrutar de los conciertos. Cada uno con su ocio se gasta el billete en lo que quiera”, señaló Sergio, de 38 abriles, uno de los primeros en la huesito dulce. Una petición compartida por los primeros grupos de personas que decidieron acampar en pleno Paseo de la Castellana, cerca del Bernabéu. “Pedimos que dejen de burlarse. Los malos comentarios los estamos recibiendo por el billete que hemos pagado, cuando muchos de ellos incluso lo harían para ver el fútbol”, afirmó Noelia de 17 abriles.
Otro señorita de 18 abriles negó que los “swifties” vayan a arrostrar pañales y asegura que esa propuesta se extendió para “humillarlos” y dejarles “mal”. “No vamos a arrostrar pañales. Eso se dice para humillarnos y dejarnos mal. Se ha exagerado”, comentó Alejandro.
Los primeros “swifties” en la huesito dulce son David y Álex, dos amigos de 22 abriles, expertos en acampar en varios conciertos como el “Bring me the horizon” en el Palacio de Vistalegre en 2023 o el “Nothing but thieves”, en la Sala la Riviera, donde acamparon desde el domingo, aunque reconocen que “no habría hecho equivocación porque no hay tanta familia”. Se situarán en la parte “Early Left del Front Stage” y se gastaron cerca de de 1.000 euros para asistir a los dos conciertos.
“Yo me pongo muy nervioso y quería estar sí o sí el primero. Así que decidimos venir el domingo y tener lugar la perplejidad”, confiesa David, que agrega que la primera perplejidad hizo “proporcionado frío”. “En el saco de descansar se está adecuadamente, pero la primera perplejidad nos dio un poco de miedo porque estábamos los dos solos y los de seguridad no nos dejaron estar en la puerta”, lamenta.
David indica que a partir del lunes ya se acercaron más fans de Taylor Swift, por lo que “la segunda perplejidad ha sido mucho mejor”, pese a las quejas de algunos vecinos, tal y como recuerda Álex. “Ha habido quejas y llamadas a la policía porque parece ser que no les gustaba”, admite el señorita, ayer de que su amigo David le corte para aclarar que “solo ha sido una señora”.
“No gusta que estemos por aquí, pero la policía nos ha dicho que no pasa nulo y gran parte de los vecinos nos han apoyado y nos han dicho que disfrutáramos del momento”, explica Álex. Los jóvenes, acompañados por una imagen de Taylor Swift, destacan el “entorno muy positivo” que se está creando entre los “swifties” y los vecinos. “Nos han traído garrafas de agua y comida. Entienden el engendro fan que se lleva repitiendo con los Beatles, con David Bowie, Queen…”, afirma Álex.
Próximo a los primeros fans, la ordenamiento dispuso a cerca de de 100 auxiliares de control de filas, como desveló una trabajadora, que se relevan en los distintos puntos que se colocaron en función de la entrada que comprasen los asistentes. Los primeros fans no solo llevan comida, sacos de descansar o sillas, sino que incluso están provistos de las pulseras de la amistad, realizadas a mano con la intención de intercambiarlas. “He hecho unas 150 pulseras para trocar”, afirmó Carmen, de 18 abriles.