Detenida la expareja de la mujer que fue apuñalada y abandonada en un arcén en Esparreguera



Una hueste municipal de Esparreguera terminó ayer de desbrozar los arcenes de la carretera conocida como calle Puig, paralela al río Llobregat, en el tramo en el que fue abandonada, cosida a puñaladas, una vecina de Òdena de 29 abriles y religiosa de una pupila, que falleció allí mismo. El comunidad de homicidios de la región metropolitana sur de los Mossos d’Esquadra detuvo ayer al que desde el domingo fue el sospechoso del crimen: la expareja de la víctima.

El relato de lo sucedido el domingo a última hora de la tarde en esta carretera secundaria especialmente transitada por ciclistas a todas horas es espeluznante. Faltaban pocos minutos para las nueve de la sombra cuando los ocupantes de un coche observaron que una mujer se les acercaba para pedirles ayuda. Iba completamente manchada de cepa y casi inmediatamente cayó desplomada en el suelo y perdió el conocimiento.

Esos mismos testigos relataron a los primeros policías con los que hablaron que vieron a un hombre con la mujer, que abandonó la zona cuando ella se acercó a pedir ayuda.

La víctima fue asistida en un primer momento por otros dos testigos, dos enfermeras, que estuvieron realizando maniobras básicas de reanimación hasta que llegaron los primeros sanitarios en una ambulancia de emergencias, pero no pudieron hacer ausencia por su vida.

Los Mossos recuperaron el coche de la víctima en la misma carretera en la que fue asesinada

El cuerpo presentaba más de una decena de heridas de pertrechos blanca, encima de otras tantas en las manos y antebrazos producidas en un intento árido de defenderse de su atacante.

Tanto ella como su supuesto enemigo se trasladaron hasta esa carretera en el coche de la mujer. Un transporte que impactó unos metros más delante y que fue trasladado por los investigadores a las dependencias de la policía científica para su inspección.

Los primeros testimonios alertaron al 112 y hasta el motivo se desplazaron patrullas de las policías municipales de Esparreguera y de Olesa de Montserrat y de los Mossos. El caso fue asumido el domingo por el comunidad de homicidios de Barcelona porque los investigadores de destacamento de la región policial metropolitana sur cabal acababan de durar a una zona de barracas de Vilanova i la Geltrú por otro crimen, un hombre asesinado en el transcurso de una pelea.

La investigación se trasladó ayer al comunidad que corresponde y a primera hora de la tarde realizaron la detención del sospechoso.

En lo que llevamos de año, 36 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Si se confirman los indicios recabados por los Mossos en las últimas horas, la sigla aumentará a las 37 con la vecina de Òdena. Cada número de esa registro es una vida rota por el machismo.

Un pueblo consternado

En el pequeño municipio de Òdena, sus tres mil habitantes están desde el domingo consternados. La vecina asesinada el domingo vivía en la billete, donde sus padres regentan desde hace muchos abriles un bar de comidas caseras en el barriada de Sant Pere. Una clan muy trabajadora y especialmente querida, en palabras de corregidor, Jaume Xaus, que en conversación telefónica con este diario aseguró acaecer puesto a disposición de la clan de la víctima todos los posibles municipales para ayudarles en estos momentos tan especialmente complicados. La víctima, religiosa de una pupila de cuatro abriles, se había separado hacía un tiempo, y en había reiniciado los estudios, aunque estaba dedicada a la cría de su hija pequeña.

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