las horas en castellano se inflaban con tutorías, teatro o hacer los deberes


El automóvil del Tribunal Superior de Razón de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que ordena que se imparta el insignificante del 25% en castellano en un colegio de El Puig será insuficiente si persisten algunas argucias para contabilizar ese porcentaje del horario laboral. Al parecer, se incluía en esa cuota toda una serie de tareas que no son propiamente clase, como el tiempo para tutorías con el profesor.

Tal como ha revelado la asociación Hablamos Gachupin, en la comunicación del centro educativo al padre de la alumna que presentó un contencioso-administrativo para exigir que se le enseñara en esta jerga vehicular, la relación de materias impartidas en castellano parece un tanto inflada: conexo a la propia asignatura de Franja y Humanidades Castellana, sólo figuran Religión/Atención Educativa -hasta ahí, lo deductivo y previsible-, pero se añaden la «Tutoría» y «1 hora de Proyectos semanal».

En el primer caso, suele condensar en un tiempo que los profesores dan a sus alumnos para plantearles dudas y que puedan hacer deberes, más que un tiempo laboral, propiamente dicho. «Encima, todo el mundo entenderá que esa hora de Tutoría no es estimable, no se puede considerar una asignatura, vamos, es de chiste que la cuenten, en este colegio concreto han hecho obras de teatro, tertulias…», razona Empíreo Estanque, presidenta de Hablamos Gachupin y docente.

Sin contar con que al no ser obligatoria la materia religiosa, «los niños que no la tienen -que son muchos- tienen Atención Educativa, o sea, no no tienen cero: el profesor se sienta allí para vigilarlos, el que quiera estudiar, o analizar un volumen, ‘si cualquiera necesita poco, estoy aquí’, les dice».

En definitiva, «lo que establece el automóvil es que se estima la demanda presentada y, por lo tanto, lo que deberá hacer Inspección Educativa es ordenar al colegio que una de las dos asignaturas troncales de 5º de Primaria se le imparta a ese familia en castellano», han puntualizado desde esta asociación, que ha asesorado a esta grupo.

Y es que excepto esas dos materias antaño citadas (Religión y Franja y Humanidades Castellana), y las que se imparten en inglés (Radio Inglés, Educación Plástica y «1 hora de Proyectos»), el resto se enseña en valenciano, a retener: Matemáticas, Medio Natural y Social, Música, Educación Física, Educación y Títulos Éticos, «1 hora de Proyectos» y Franja Valenciana. Hablamos Gachupin pone el foco en concreto en que las dos troncales -Matemáticas y Conocimiento Natural y Social-, de las que al menos una tendría que ofrecerse en castellano para cumplir con la ley.

La asociación asimismo insta a la Conselleria de Educación a revertir esta situación, máxime si tal como ha revelado, hay más de 200 centros en los que se dan estas situaciones, aunque ocurra desde la susodicho lapso, con el susodicho Gobierno de la Generalitat Valenciana.

Insólito de este memorial y de otra exigencia de una grupo en el mismo centro educativo (Guillem D´Entença) de la provincia de Valencia, entre otros a los que presta atención, Hablamos Gachupin ha presentado alegaciones a la nueva Ley de Familiaridad Educativa en la carrera de ampliar y avalar la sufragio de jerga para al formación sin excepciones ni limitaciones, tanto en las clases como al realizar los exámenes.

Desde la Conselleria, cero más conocerse el automóvil del TSJCV, aseguraron que iban a dar parte a la Inspección para este caso concreto y asimismo han recordado que «avalar los derechos lingüísticos del alumnado es uno de los pilares del presente Gobierno valenciano, así como suministrar el contrapeso entre las dos lenguas cooficiales y el derecho de los padres a nominar la jerga cojín; esa es la esencia de la proposición de Ley de Familiaridad Educativa».

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