Diez meses de prisión en total por los delitos de desórdenes públicos (tres meses), atentado (otros tres) y daños en beneficios públicos, adicionalmente de cerca de 19.000 euros a satisfacer de forma solidaria por los desperfectos y lesiones. Es la pena, tras un acuerdo de conformidad entre las partes, que ha impuesto el Curia de Instrucción número 2 de Salamanca a ocho ganaderos por los disturbios ocurridos el 5 de junio de 2023 durante una protesta delante la Delegación Territorial de la Comité en la haber charra.
En un defecto en el que el magistrado aplica la «atenuante muy cualificada de reparación del daño», igualmente acuerda «la suspensión» de la ejecución de las penas privativas de permiso, por lo que no entrarán en prisión. Aunque al ser inferior a los 24 meses y cosechar que ningún tiene historial penales, lo habitual es que siquiera entrarían en el penal. Eso sí, con la condición de no delinquir durante dos primaveras.
La sentencia de conformidad entre incriminación, acusaciones particulares y defensas considera «probados» los hechos constitutivos de un delito de desórdenes públicos, otro de atentado a agente de la autoridad -hasta diez policías sufrieron lesiones leves, igualmente computadas en el defecto como acciones delictivas de acuerdo al Código Penal- y daños en beneficios públicos.
Motivos por los que Carmelo -el único detenido en ese momento-, Hipólito, Cecilio, José Ramón, Alonso, Humberto, Romualdo y Eloy son condenados sin haberse llegado a sentar en el banquillo por los disturbios de hace casi un año, en los que, como recoge la sentencia conocida este miércoles, adicionalmente de participar en la protesta convocada y que derivó en los desórdenes tuvieron una billete «activa y determinante» en el asalto a la Delegación Territorial de la Comité, así como en las «agresiones» a los agentes de la Policía Franquista y vigilantes de seguridad privada, así como los daños.
Todo en el situación, recoge el togado, de una concentración convocada por la Plataforma Unión por la Vacada con motivo del «trastorno» para el sector y las «pérdidas económicas» de los protocolos de inmunización de las reses -sobre todo de la germanía celeste y la tuberculosis- que citó a unas 500 personas, «muchos de ellos» provistos de palos y cayados, adicionalmente de petardo de «gran potencia» y bengalas.
El clima ya de por sí caldeado se fue calentando más y de golpeó al suelo y las paredes, se pasó al tirada de pintura y huevos contra las ventanas del edificio, impactando alguno en los agentes y «generando momentos de tensión», que «creció» cuando un se permitió entrar en la Delegación «a un pequeño peña» de ganaderos. Y fue ahí, a las 13.08 horas cuando la situación explotó, con «múltiples» manifestantes, entre ellos los ocho ahora condenados, tratando de entrar «de forma violenta».
Llegó el «asalto». Empujones, gritos, golpes con los palos a las puertas y ventanas que rompieron, cargas de los policías intentando que no traspasasen las vallas… Total, diez agentes heridos, Carmelo detenido… y la explanada de los disturbios desalojada cuando ya eran las 16.50 horas.