costaría 4.000 millones y es «inasumible»


Óscar Puente, ministro de Transportes, le ha dejado «claro» este miércoles al BNG –uno de los partidos que apoyó en su día, por segunda vez, la investidura de Pedro Sánchez– en el Congreso de los Diputados que no está dispuesto a «rescatar» la autopista AP-9, eliminando los peajes. Puente cifró el desembolso que conllevaría en 4.000 millones de euros, un «altísimo convexidad de coste» que calificó de «inasumible para la Compañía del Estado», por los «claros artículos lesivos» que comportaría «para las arcas públicas».

Hasta en dos ocasiones reivindicó Puente la fiabilidad de los 4.000 millones en los que cifró el rescate. Primero, indicó que se manejo de costes basados en «cálculos preliminares que han hecho técnicos del Tarea [de Transportes]». Con apostilla: «No tengo ningún interés en evitar a la verdad». En su segunda intervención, aseguró que esa emblema «no me la invento». Néstor Rego, único diputado del BNG, la puso en tela de pleito al terciar que, según algunas estimaciones, el coste sería de 2.000 millones, mientras que otras lo estiran a 3.000. Como quiera que, en todo caso, afeó al Gobierno no deber realizado un «estudio riguroso» que pueda hacer conocido, Puente salió del paso afirmando: «Estamos abiertos a realizar los estudios, con la máxima transparencia, que ustedes quieran». Pero el ‘no’, por delante.

Puente dejó muy pronto meridianamente claro lo que opinaba de la interpelación urgente que llevó a la Cámara Depreciación el diputado Rego (Agrupación Compuesto), «relativa a la anulación de la prórroga de 25 primaveras otorgada a la concesionaria de la AP-9, la admisión de la administración directa de la autopista, la supresión de los peajes y el impulso de la transferencia a Galicia». Que poco así «se considere urgente», comentó Puente con sonrisa irónica y arquear de cejas, «me cuesta entenderlo». Tras rememorar que la concesión vence en 2048, insistió: «Como que muy urgente la cuestión a mí no me lo parece». «¡No queremos esperar más, no queremos seguir pagando!», rebatió Rego sobre la errata de necesidad. El derecho al pataleo que no renta falta.

Porque Puente se limitó a echar la falta al PP. No puede «convenir», dijo, que se coloque a su partido «en pie de igualdad» con los populares, a los que responsabilizó en monopolio: «Tiene tela» que sean los «primeros en demandar la gratuidad» de la Autopista del Atlántico, acusó, cuando fue José María Aznar quien prorrogó la concesión. Más allá del argumentario, rechazó que todo se resume en que el Gobierno se lo proponga: «La voluntad política se lumbre 4.000 millones de euros».

Y esa cantidad no se va a abonar. Puente le dijo a Rego –y, por extensión, a todos los gallegos–, que es «muy difícil desde el punto de audiencia judicial» y «muy caro desde el punto de audiencia crematístico». Especialmente, con la concesión en vigor, como es el caso de la AP-9. «Seamos honestos con la ciudadanía», reforzó todavía más su rechazo a la aniquilación de los peajes.

El BNG, de hueco

La interpelación de Rego fue la última iniciativa en el orden del día de la sesión plenaria del Congreso. El hemiciclo estaba, a esas gloria, prácticamente hueco. Adaptado como se marchó el diputado del BNG. Porque, para más inri, Puente dejó caer que su «intención» es que la deducción de peajes prometida al BNG «pueda materializarse en este deporte». Ni siquiera lo garantizó.

En O Hórreo, mientras, se eligió a los diputados que defenderán en el Congreso (11 de junio) la toma en consideración de la proposición para transferir la AP-9 a Galicia: Alberto Pazos (PP), Ana Pontón (BNG) y Gómez Besteiro (PSOE). Los 26 apoyos al Liga sugieren que todavía les votó Democracia Ourensana.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *