«Me gustaría retornar a someterme al indagación de las urnas». Francisco Camps expuso este miércoles su voluntad de retornar a la «primera cadeneta de la política» tras dejar antes un calvario jurídico que se ha prolongado durante quince primaveras. Sin incautación, sus deseos deberán esperar. Fuentes del PP consultadas por torrevieja news today explican que ayer de cualquier audacia esperarán a que la sentencia absolutoria de la Audiencia Franquista sea firme. Un apelación de la Fiscalía delante el Tribunal Supremo, señalan, demoraría su rehabilitación política plena. Con todo, confían en que en el medio plazo se consume su restitución.
Las mismas fuentes apuntan además otra esencia. Camps «lo fue todo» en la Comunidad Valenciana como presidente de la Generalitat, por lo que su futuro tendría difícil encaje en el ámbito autonómico. El Congreso, donde ya formó parte como diputado y vicepresidente primero, o el Senado se antojan como posibles opciones delante la aspiración de Camps de retornar a concurrir a unas elecciones bajo las siglas del PP.
Poco luego de que trascendiera su absolución en la dormitorio separada del caso Gürtel que le sentó en el banquillo de la Audiencia Franquista, el expresidente de la Generalitat Valenciana mantuvo una conversación telefónica con el líder doméstico del Partido Popular, en la que «Alberto Núñez Feijóo le transmitió su enhorabuena».
Para Camps, la reparación existente de su persona «es la que han dictaminado los jueces». Sobre la rehabilitación política, dejó claro su deseo de retomar la carrera que se vio truncada el 20 de julio de 2011 cuando dimitió como presidente autonómico tras su procesamiento en el conocido como «caso de los trajes» del que, como en los otros nueve que le han sucedido, resultó exonerado y sin trampa jurídico.
Camps, de hecho, sostiene suceder sido víctima de una «cuestión que ha sido siempre política y no jurídico». El expresidente de la Generalitat se apartó de la política tras suceder cosechado dos mayorías absolutas en sendas elecciones autonómicas y suceder cosechado en aquel año 2011 un resultado histórico para el PP valenciano con más de 1,2 millones de votos.
Ahora, con su nueva absolución, reivindica que el partido al que lleva afiliado desde 41 primaveras sale «fortalecido» y desde la «máxima honradez» a la formación aplazamiento retomar su carrera: «Mi voluntad es irrefrenable. Soy un político gachupin al servicio de los españoles y del PP». Al respecto, su futuro pasa por las manos de Feijóo y del presidente de los populares valencianos y de la Generalitat, Carlos Mazón, quienes disponen de ganancia de interpretación para percatar(se) un destino a Camps.
Estatutos del PP delante un motivo verbal
Por lo pronto, los estatutos del PP establecen la tolerancia de un expediente disciplinario a los militantes a quienes se les refugio un motivo verbal. Ahora, la formación aplazamiento que la resolución de la Audiencia Nacional «adquiera firmeza lo ayer posible» y que así se puedan «cumplir los estatutos» que, según expuso este miércoles Mazón, está «deseando cumplir» para que Camps «recobre su condición de afiliado de plena condición».
El presidente valenciano reclamó una advertencia sobre el ‘lawfare’ a quienes «hace muchos primaveras tenían que haberla hecho y decidieron poner el ventilador del impureza y del acoso personal, ordinario e indecente a Camps».
Llegados a ese punto, Camps anhela un retorno a la política que pasaría por formar parte de una candidatura del PP. Sin comicios a la panorama, omitido en caso de unas elecciones generales adelantadas, el calendario concede tiempo a los populares.
Camps se postuló como candidato a la Alcaldía de Valencia para las elecciones municipales del pasado año, pero más allá de sus opciones reales, su procesamiento truncó cualquier posibilidad.
El que fuera presidente de la Generalitat comenzó su carrera en la política municipal de la mano de Rita Barberá, para quien ayer tuvo palabras de memoria anejo a los otros 300 personas vinculadas al PP con causas judiciales archivadas, y se inclina por retomarla en el ámbito del municipalismo.
De hecho, Camps confiesa tener «casi más ilusión» que cuando comenzó como concejal de Tráfico en 1991 y entiende que ahora, tras el obstrucción de la última de las causas judiciales, que tenía pendientes está en condiciones de regresar a la «arena política».
«He llegado hasta aquí por la conciencia de no suceder hecho carencia malo y por todo el apoyo recibido», proclama Camps, para quien «esto no le puede producirse a ningún gachupin. No tiene sentido que me hayan apartado de la política y que mi nombre se haya mancillado».