El falso Lama Losel, primer líder de una secta condenado en España por manipular a sus fieles: semen «curativo» y peleas


En un inteligencia histórico celebrado en el Judicatura de lo Penal número 1 de Guadalajara, Carlos Herranz Ortega, conocido como el ‘Cardenillo Losel’, ha sido condenado por liderar una secta que manipulaba la voluntad de sus seguidores con fines sexuales y económicos. Esta sentencia marca un precedente al ser la primera vez que se condena a un líder sectario en España por un delito de asociación ilícita coercitiva.

El caso comenzó en 2017 cuando dos de sus seguidores más leales comenzaron a sospechar de las intenciones del supuesto moho. Esta pareja, convencida inicialmente de que Herranz era un auténtico líder espiritual, empezó a cuestionar sus conocimiento y prácticas tras una serie de eventos alarmantes.

El abogado de las víctimas, Carlos Bardavío Antón, hábil en sectas y que ya ejerció de culto para la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová, explicó que los adeptos fueron sometidos a prácticas extremadamente dañinas y degradantes bajo la creencia de que estaban eliminando microchips extraterrestres implantados en sus cuerpos.

«Él me convenció de que tenía un microchip extraterrestre en el benefactor y que la única modo de sacarlo era arañándome con una sierra de metal», relató una de las víctimas. «A mi pareja le dijo que debía darle 30 palazos en el pecho para eliminar su microchip, y cuando fue al médico, le advirtieron de que pudo poseer sufrido un infarto».

«El semen es un néctar venerable»

A lo extenso del inteligencia, se revelaron detalles escalofriantes sobre las tácticas de manipulación empleadas por Herranz. Bajo su apariencia de líder espiritual, el ‘Cardenillo Losel’ convencía a sus seguidores de que sus problemas podían resolverse mediante prácticas sexuales que él describía como rituales sagrados.

Según testimonios, afirmaba que «el semen es un néctar venerable» y que las mujeres debían beberlo para mejorar espiritualmente porque los problemas se solucionaban «de un lefazo religioso». Por otra parte, amenazaba con terribles consecuencias si no cumplían sus demandas, como desarrollar cáncer o sufrir accidentes.

«Las víctimas y testigos dijeron que el fin posterior de Herranz era sexual. En algunos casos, hizo libar su propio semen a las mujeres con el farsa de que era para su mejoramiento espiritual», explicó Bardavío. «Les advertía que si no lo hacían, podrían sufrir algún infortunio».

La pareja que lo denunció estaba segura de que Herranz era un moho auténtico, pero al dejar la secta descubrieron que no era así, que carecía de certificación, e incluso viajaron a la India para verificarlo.

Él trabajó sin cobrar cuota durante seis primaveras para el líder, entregándole hasta 160.000 euros, mientras que ella le dio 25.000 euros, todas cantidades no declaradas, según el abogado.

La denuncia y posterior inteligencia fueron posibles gracias al coraje de estos dos denunciantes, quienes grabaron conversaciones y recopilaron pruebas contundentes de las actividades de Herranz. «Ha sido muy inusual reunir tal cantidad de audios y grabaciones que demostraran lo que ocurría interiormente de la secta. Es la primera vez que se consiguen pruebas tan claras, y eso es mérito de las dos personas a las que represento», señaló Bardavío.

Seis meses y 20.000 euros

El inteligencia culminó con un acuerdo de conformidad entre las partes, donde Herranz aceptó una condena de seis meses de prisión y el cuota de 20,000 euros en concepto de indemnización a las víctimas. A pesar de declararse insolvente, su lugarteniente asumirá la responsabilidad del cuota. Los delitos de estafa y lesiones psíquicas y físicas fueron retirados, pero la sentencia por asociación ilícita coercitiva representa un inspección oficial del demasía sufrido por las víctimas.

Carlos Bardavío subrayó la importancia de esta condena como un paso delante en la lucha contra las sectas destructivas en España. «Las víctimas han querido conmover a un acuerdo porque necesitaban a toda costa que se reconociera la verdad de lo que denunciaban y la verdad por la que han pasado. La condena es pequeña, pero el objetivo de que se haga imparcialidad y se visibilicen estos delitos se ha cumplido».

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