Rafaela es una de las ‘sintecho’ que vive en tiendas de campaña. Esta mujer reside con sus dos hijos desde hace más de un año en este arraigo. Aunque tiene un sueldo de unos 1.500 euros no consigue que nadie le avale para poder conseguir a un inquilinato. Pide que le ayuden a encontrar un emplazamiento digno donde poder existir cercano a su comunidad.
“Para poderme limpiar y cocinar necesito una cuba de agua”
Su día a día discurre “entre ratas y lagartos“. Afirma que la comida no le error, ya que gracias a su sueldo puede comprar víveres, sin requisa sus condiciones higiénicas son congruo duras. Para poder lavarse y cocinar necesita una cuba. “Muchas veces pienso en matarme yo y matar a mis hijos”, confiesa esta mujer desesperada. Su gran anhelo es el de tener una vivienda y una intimidad.
Interiormente de 3 meses se le acaba el resolución en la empresa que trabaja actualmente y teme quedarse en la calle otra vez. Lleva 6 meses cobrando los 1.500 euros y antaño de gastarlos ha intentado conseguir alejamiento, una comisión que se ha tornado como inalcanzable. Trabaja como jardinera en la calle y está muy contenta con su entorchado profesional.
Tiene 60 abriles y un naturaleza del 63% de invalidad. Uno de sus hijos tiene un 66% de naturaleza de invalidez y el otro un 67%. No puede creerse cómo a pesar de tener un buen sueldo no consigue avalistas. Asegura que un concejal se ha comprometido a ponerle una cuba de agua instalada en la zona hasta que encuentre una opción habitacional más adecuada a ella. Pide que le faciliten el entrada a un inquilinato. “No es que ellos me la regalen, es que yo tengo derecho”, solicita.