El expresidente de la Generalitat de Cataluña y líder de Junts ha manifestado su dicha por la aprobación de la ley de perdón, definitivamente, este jueves en el Congreso, reconociendo que no ha sido «un camino de rosas» pero sí imprescindible para seguir negociando las exigencias de los independentistas delante el Gobierno de Pedro Sánchez. «Nos hemos quitado una de las penalidades de los pies que nos impedían avanzar», ha señalado poco luego de las seis de la tarde.
Desde Waterloo (Bélgica), en una proclamación emitida por las redes sociales, Carles Puigdemont ha recordado que es la primera vez que en España se aprueba «una perdón por razones políticas», a pesar de que el PSOE la descartaba al inicio de la negociación por la investidura de Sánchez, tras las elecciones del 23 de julio, y ha destacado que se ha hecho gracias a «la voluntad de los catalanes» y porque Junts ha mantenido «la posición» delante los socialistas.
En esta orientación, Puigdemont, que no ha citado el referéndum de segregación, que sigue defendiendo su partido y estará encima de la mesa para la gobernabilidad de España, ha dicho que con la aprobación de esta norma «el Estado gachupin, a través de su Parlamento, corrige un error», en su opinión, que fue la respuesta justo que se dio al intento de romper el país en un proceso que él lideró en 2017. Pero no es suficiente: «No es el único por corregir en la larga repertorio de errores. El error de la sentencia contra el Estatuto, por poner un ejemplo».
Así, una vez que los independentistas han evitado la «crimen civil», empezará el periodo para negociar con el Ejecutante de Sánchez, que depende de los votos de Junts en el Congreso, «desde una cierta igualdad de condiciones». Puigdemont ha recordado que la perdón estaba en el acuerdo de Bruselas firmado entre él y el PSOE para investir al candidato socialista tras las elecciones de julio.