Los usuarios aprueban con notable la sanidad privada


La sanidad privada obtiene una suscripción satisfacción por parte de sus usuarios con una puntuación de importante en todas las áreas analizadas: la atención asistencial recibida durante el ingreso hospitalario recibe una valoración media de 8,1, seguida de un 7,7 en consultas de atención primaria y especialistas y de 7,6 en el caso del servicio de urgencias.

Son algunas de las conclusiones del ‘Estudio de percepción de la sanidad privada’, un trabajo llevado a extremidad por Sigma Dos para la Fundación IDIS (Instituto para el Crecimiento e Integración de la Sanidad), en el que se realiza un investigación sobre la contratación de seguros de vitalidad privados, la utilización de la público sanitaria y la valoración y satisfacción de los usuarios. La sondeo, desarrollada mediante cuestionario telefónico/online entre el 14 de marzo y 4 de abril de 2024 y con representatividad doméstico, ha incluido a 1.603 personas de más de 18 primaveras.

La presteza en la atención (46,4%), la veterano flexibilidad en los servicios médicos (43,9%) y la calidad de los servicios (21%) son algunos de los aspectos más valorados de la sanidad privada. El 86,25% de los usuarios realiza un uso compartido de la sanidad pública y privada (68,8% de los usuarios ha realizado un uso compartido en el final año).

El NPS (Net Promoter Score) de la sanidad privada es de 44,9, muy próximo al entrada de la excelencia; entrada que se supera en el caso de los asegurados que tienen su seguro hace más de 5 de primaveras (NPS:58,8) y en los que han usado sus servicios más recientemente (NPS: 53,4).

Según Juan Zapatilla, presidente de IDIS, “los datos, que a pesar de la situación que vivimos desde la pandemia se mantienen en una media de importante, no son sino una muestra de la flexibilidad y la capacidad de resiliencia del sector váter privado, que se ha adaptado para aceptar las evacuación crecientes de una población cada vez más longeva y cada vez con más patologías crónicas. Este perforación todavía señala la importancia que tienen para la población algunos aspectos que desde la Fundación IDIS defendemos para la alivio del sistema váter; un ejemplo lo encontramos en que la presteza de entrada a la atención sanitaria sigue siendo el principal motivo para contratar un seguro de vitalidad. Y esto es especialmente relevante cuando las listas de calma siguen creciendo, lo que supone graves problemas no solo de tratamiento sino todavía de diagnosis. Por ese motivo, se hace necesario un enfoque colaborativo e integrado entre el sector manifiesto y privado para afrontar los desafíos que presentan la vitalidad, la sanidad y la continuidad asistencial en el siglo XXI”.

Un 86,2% de los encuestados realiza un uso compartido de la sanidad pública y privada

El estudio se ha llevado a extremidad con personas que disponen de un seguro de vitalidad privado. Un 86,2% de los casos realiza un uso compartido de la sanidad pública y privada. Del total de encuestados, el 78,8% de los entrevistados dispone de un seguro de vitalidad/público sanitaria; un 19,1% cuenta con una mutualidad y el 2,1%, con la modalidad de reembolso de gastos. Por otra parte, el noticia señala que el 46,2% supera los 5 primaveras de aseguramiento y el 26,3%, entre 1 y 3 primaveras.

Según Marta Villanueva, directora caudillo de la Fundación IDIS, “los asegurados españoles mantienen una excelente opinión acerca de los servicios sanitarios privados. A este respecto, es destacable que el NPS (Net Promoter Score) de la sanidad privada para los asegurados que tienen su seguro de vitalidad desde hace más de 5 primaveras se sitúa en un 58,8, lo que se considera excelente, y que un 58,7% de los encuestados elegiría un centro privado para consultas a especialistas”. Por otra parte, la presteza en la atención (46,4%) y la calidad de los servicios (21%) son las principales razones para contratar un seguro de vitalidad.

Cuando se pregunta por los bienes compartidos, en el 63,6% de los casos que consultaron en medicina caudillo de los dos sectores por el mismo problema sí se tuvieron en cuenta las pruebas de la sanidad privada. A pesar de ello en el 43,3% de los casos, se duplicaron pruebas de la sanidad privada en la pública, siendo las analíticas (50,6%) las que con veterano frecuencia se repiten.

El estudio revela que los usuarios de la sanidad privada valoran con un 7,6 la calidad y la seguridad en el entorno privado: el trato recibido por el personal váter (7,9), la tecnología y los medios de los que dispone y la amplia cobertura de especialidades (7,7) son los atributos mejor puntuados en este entorno. Por otra parte, la accesibilidad recibe una valoración de 7,5, seguida de la atención con un 7,3 y de los servicios generales, un 7,2.

Los datos muestran cómo la atención recibida durante el ingreso hospitalario es la mejor evaluada (8,1). Los horarios de entrevista, el tiempo de ingreso, los cuidados recibidos o la tecnología acondicionado en el hospital tienen puntuaciones por encima de 8. Por otro flanco, la puntuación media de atención en consulta es de 7,7. “En este monolito el trato recibido por el personal váter recibe una puntuación de 7,9, siendo el aspecto mejor valorado en el interior de esta categoría por delante de la seguridad que transmite el profesional váter sobre la enfermedad y la información recibida -con 7,7 puntos-; el tiempo de dedicación a cada paciente, con un 7,6 y los consejos del médico sobre la enfermedad y el tratamiento con un 7,5” , añade la directora caudillo de IDIS.

La valoración de las urgencias hospitalarias es de 7,6; en este entorno, las instalaciones y equipamientos, la capacidad de reacción y la confianza son los atributos más valorados en urgencias con puntuaciones de 8 y 7.9. El estudio muestra todavía que el 59,5% de quienes han utilizado urgencias en el sector manifiesto y en el sector privado consideran que la atención fue mejor en la sanidad privada. Otro ejemplo lo podemos encontrar en los tiempos de calma para pruebas y logro de resultados, donde los intervalos son menores en la sanidad privada. Esto todavía es extrapolable a la calma para cirugía programada, donde en el 70% de los casos es entre 1 y 15 días en la privada, mientras que, en la san

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