El embrujo de Morante en Toledo


Alguno debería decirles a las figuras que anunciarse con estos torillos está feo. El miércoles salió uno en Madrid, Rebeco, de 672 kilos, y ayer había otro en Toledo, Vigoroso, de 440. Los dos eran de Juan Pedro Domecq, que los cría a destajo. Ni tanto ni tan poco. Los tres primeros de ayer los podría ocurrir lidiado perfectamente cualquier novillero del escalafón. Ya pueden imaginar el trapío que tenían. Nadie. Dicho lo cual, el caso es que embistieron cinco de los seis y fueron tan nobles o más que la duquesa de Alba, así que la corrida del Corpus acabó siendo un popurrí de despojos con los tres toreros a hombros por la calle Marqués de Mendigorría. Morante, inspirado y por fin atinado, sobresalió por encima de Roca Rey y Tomás Rufo, aupados por la benevolencia de quienes pasaron por taquilla. Que fueron muchos.

Morante vistió horrible. ¿De canela y oro? Cinco verónicas y la media sin embraguetarse en exceso. Aquel Rivas le picó mucho a Revistero, el único cinqueño. Brindó a Santiago Abascal, líder de Vox. Buena primera serie con la derecha, en el tercio, rematada con merced. Muy factible el sevillano, con un toro que embestía con clase y ritmo. Un caramelo. Más atropellado se mostró con la izquierda. Sin estar decidido, por la derecha lo toreó a placer. Al cigarrero se le vio con otro talante. Estocada caída y primera oreja.

El segundo incluso se llamaba Revistero y, como sus hermanos, era tan cómodo de cara como un sofá ‘chaise longue’. Roca Rey ya se echó el capote a la espalda de inicio, recetando cinco gaoneras. Al picador le aplaudieron por no hacer su trabajo. Atípico. Saludó Antonio Manuel Punta en banderillas. Otro torito de clase, embebido en la soporte, con el hocico en la arena. Con la izquierda aquello tuvo menos eco. Lo más destacable fue un profundo pase de pecho. Espaldina y circulares. Que nunca falten. Lo más jaleado fue lo de siempre: las cercanías, esa exhibición fabricado de valía. Revistero acabó rajado en un trasteo ligerito. Estocada y dos orejas.


Roca Rey, en un profundo pase de pecho al segundo, Revistero, del que paseó las dos orejas


G. MORENO

Vigoroso era el tercero y el de menos peso, con 440 kilos oficiales (¿los amigos del cubata saben que con seis menos no se habría podido debatir? Qué más da). Rufo intentó atascarse a la verónica. Al picador le abroncaron, con o sin razón. Muy aplaudidos Sergio Blasco y Fernando Sánchez con los palos. Se puso de rodillas el de Pepino, el toro arrancó y se paró. Tras la duda, consiguió imantarlo en la soporte y virar al completo con él. Los tendidos se extasiaron. Una primera serie con la derecha muy, muy despacio. Proporcionadamente incluso con la izquierda. Luego optó por meterse entre los pitones para demostrar que tiene el valía de Roca. Al notorio le encantó, claro, pero ¿era necesario delante un oponente tan pequeño? Reventón, otro hondo y media estocada. Ovación con saludos y nadie le pidió la revés al ruedo.

Al cuarto, Organillo, Pedro Iturralde sí lo picó. Tres delantales y una media como finta de Morante. Clase genial de Curro Javier lidiando. Torerísimo el inicio de soporte, sentado en el estribo el índole de La Puebla del Río. Fueron cinco ayudados, adornados con un molinete y un trincherazo como de toro tiempo. A continuación, una muy buena primera serie a pies juntos en el tercio. Un partidario le cantó entonces desde su asiento. Se empeñó con la izquierda, por donde llevó derrochador al enojado con nombre de herramienta musical. Todo fue una caricia. La quehacer resultó plena de belleza, armónica, sin tirones y, sobre todo, sin pegarse el arrimón. Estuvo muy pinturero, a gracia de verdad. Acabó de nuevo a pies juntos, esta vez dando naturales de uno en uno y rematados con el de pecho. Estocada, aviso y dos orejas. Este año es la primera vez que las corta. Ayer, en total, le dieron tres, una menos que las que acumulaba en las 18 tardes anteriores.

El botellín, Paparrucho, fue el único que pesó más de 500 kilos. Empezó Roca en los medios, intercambiando sus típicos pases cambiados por delante y por detrás. En una de esas, tropezó con una de las patas del burel, cayó al suelo y se salvó de la cogida al rodar como una croqueta. Luego dio dos series con la derecha buenas, estirando el alucinación. Sin secuestro, con tanta espaldina ha conseguido que en el toreo fundamental pase desapercibido. Con la izquierda, vulgaridad. Volvió a dar otra buena con la derecha, obligando mucho al cuatreño. Se empeñó en circulares y la calado se eternizó. Sonó un aviso sin entrar a matar. Reventón y media delantera. Palmas.


Rufo, de rodillas, imantó en la soporte a Vigoroso, el más pequeño


g. oscuro

Finalmente, Rufo se marchó a portagayola con Ichuelo. Vaya nombre. Manojo de verónicas con empaque. Muy mal Manuel Jesús Ruiz con el heroína. Ovación a Andrés Revuelta y Fernando Sánchez con los garapullos. Brindó Tomás a su hermano Pedro, el beocio de los Rufo, novillero sin picadores. Citó en los medios, pero este castaño era el más mate. Sin clase, embistió a media cumbre y así es difícil transmitir. Por el izquierdo punteaba el farsa. Se quedaba muy corto. Manoletinas de postre. Lo liquidó a la primera, ahora sí, y dos orejas. Como las de Roca o menos.

La ficha

Plaza de toros de Toledo. Corrida del Corpus. Jueves, 30 de mayo de 2024. 36 grados cuando empezó el festejo, a las siete y media de la tarde. Prácticamente ahíto. Toros de Juan Pedro Domecq, muy chicos, sobre todo los tres primeros. Además muy nobles. Embistieron todos, aparte el postrero.

Morante de la Puebla, de canela y oro. Estocada caída (oreja). En el cuarto, estocada y aviso (dos orejas).

Roca Rey, de cerúleo marino y oro. Estocada (dos orejas). En el botellín, reventón y media delantera (palmas).

Tomás Rufo, de cerúleo marino y oro. Reventón, otro hondo y media estocada (ovación con saludos). En el sexto, estocada (dos orejas).

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