Fue una sesión extraordinaria, propuesta por los concelleiros del PSOE y el BNG. Sobre la mesa había tres puntos no vinculantes relativos a los servicios en precario y la subasta del Servizo de Axuda no Fogar, así como de las concesiones caducadas.
El portavoz del BNG, Luis Seara, alertó de que las últimas provocan “unha débeda oculta” que solo se puede cuantificar por las reclamaciones que presentan las empresas. El nacionalista criticó la desatención del Concello a estos escritos. Por el PSOE, María Fernández censuró que “estamos nunha situación de deuda, temos máis de 13 millóns de facturas pendentes de suscripción”. Desde el PP, Miguel Garbo Michinel tachó la situación como “preocupante” y mencionó el caso de Ecourense, a quien el Consello Consultivo dio la razón al demandar cinco millones de euros. “El precedente que sienta es un futuro muy infausto para las arcas municipales”, advirtió.
Tamara Silva (Democracia Ourensana) tachó de “mentiras” todas las acusaciones de la concurso. Seara le recordó luego la desaparición de presupuestos aprobados: “Con que van avalar?” Y aunque hasta ahí el debate se había centrado en la gobierno económica del Concello, el elefante en la habitación asomó la pata.
PP y BNG chocan
Hasta ese momento no se había hablado del guantelete que el PSOE lanzó este martes a PP y BNG proponiendo una moción de censura. Seara tachó de “inaudito” y “kafkiano” que “se sitúe a responsabilidade do que está pasando no BNG”: “O PP vai seguir saíndo ao rescate de Jácome cando o precise”, criticó antiguamente de instar al PSOE a “convencer ao PP de que rompa o acordo e pida desculpas á veciñanza polo dano causado”.
La portavoz del PP, Sonia Ogando, respondió cargando contra la situación “lamentable y caótica” de la ciudad, pero dijo que “hasta el postrer minuto” su formación intentó un acuerdo a tres para la investidura. “Fue el Sillar el que lo impidió, ni siquiera se planteó el ofrecimiento”. Eso sí, matizó que “si recibimos una propuesta formal, una alternativa auténtico y sólida, estamos dispuestos a sentarnos a susurrar sin líneas rojas”.
Bronca
Natalia González, portavoz de los socialistas, empezó su turno denunciando la “oficina de colocación” en la que Democracia Ourensana convirtió el Concello. Pero el tema salió a flote otra vez: “Ourense esixe unha resposta política. Espero que teñamos a suficiente cumbre de miras”.
Jácome desafió a la concurso a solicitar la intervención del Gobierno en el Concello si creen que hay bancarrota. “Somos de los más saneados”, presumió antiguamente de insultarlos con el epíteto “fantasmas”. Igualmente amenazó al PP: “Si los partidos se ponen de acuerdo y hacen una moción de censura, lo mismo les digo yo al PSOE y al PP en la Diputación”. Para rematar, vaciló a González insinuando que carece del conocido bueno de Santiago para exhalar la propuesta.
Besteiro y Último
Delante las burlas de Jácome –“tu partido te metió una colleja”, llegó a espetar-, el líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, respaldaba ayer al PSOE ourensano: “Creo que desplegar ese diálogo sobre o compromiso coa cidade é boa idea”. Alegó que la ciudad “vai camiño do colapso” e invitó a conversar a los otros grupos.
Mientras tanto, el líder provincial del PP, Luis Último, aseguró que la formación “non ten liñas vermellas para ninguén”. Señaló al BNG sobre el acuerdo a tres fallido tras las municipales: “Nin sequera sentou con nós e iso é o que non podemos permitir”. Aunque dijo sorprenderse de que la ofrecimiento fuera en una rueda de prensa y en la campaña de las europeas, insistió en que “nós non temos liñas vermellas para ninguén” y que “o único obxectivo é a defensa dos intereses de Ourense”.