Atravesando los universos del rap, el reggae, el rock, el pop, el folk, la cumbia y la música urbana, la cantante, compositora, propagandista social y incluso escritora -acaba de transmitir “Báratro”, su segundo ejemplar sobre violencia de género-, llega una vez más a España, para cosechar lo sembrado antaño de la pandemia. “La pandemia conspiró para que todo se congele un tiempo y regresar hace tres primaveras fue un poco retornar a prender el mechero. ¡Fue sorprendente darme cuenta que la mecha no se había desvaído!, expresa, “ilusionada” y “oportuno”, Miss Bolivia.
En tu canción “Menos mierda”, haces relato a la opción de “mutar” para que “podamos ser un mundo menos mierda”, entre otras cosas, con menos guerras y más canciones, con menos likes y más condones; para que “cuando escuches música te emociones”. ¿Cuál es tu comprobar para asistir a crear estos versos?
Es importante poder mutar, cambiar la piel. En una sociedad y civilización donde el valía está puesto en los números, los views, los likes, donde el operación manda y todo es una gran vidriera basada en unas redes sociales que aparentan bienaventuranza para el consumo, se torna necesario cambiar el chip, cambiar el arquetipo para no dejarse arrasar por estas dinámicas nefastas capitalistas. Se negociación de hackear el sistema, retornar a lo simple, al cuerpo, la música, el aproximación con el otro, el arrechucho; eso es medicina.
En todas tus canciones hay poco así como una confesión de principios sobre una forma de vida que incluye ser una mujer expedito e independiente (“Soltera”, “Pekadora”) pero no por ello invulnerable (“Arizona”). ¿Cuál es el feedback de tu divulgado, sobre todo de las mujeres?
-Estoy muy contenta porque tengo devoluciones muy buenas y generosas. Siento que a través de las canciones pude ocurrir una suerte de scanner y radiografiar mi alma. Es el disco más honesto y sincero que hice. En tiempos de tanto ruido, sobre estimulaciones que tienden a la inconsciencia, poder retornar a una misma sin fobia de bucear en las profundidades, es retornar a la raíz. Intento no dejarme distraer por las luces y los ruidos, intentando retornar al centro. La música y este disco me ayudaron a eso.