la estrangularon y luego le abrieron el vientre


Una mujer que se declaró culpable de ayudar a asesinar a una gestante para arrancarle del vientre a su bebé, en un hecho ocurrido hace cinco primaveras en Chicago (EE.UU.), fue condenada este jueves a 30 primaveras de prisión.

Desiree Figueroa, de 29 primaveras, se declaró culpable en enero pasado de un cargo de homicidio en primer valor por la crimen de la muchacho de 19 primaveras Marlen Ochoa López, el 23 de abril de 2019.

La muchacho acordó con la Fiscalía del condado de Cook fallar en contra de su mamá, Clarisa Figueroa, de 51 primaveras, que afrontaba más de una docena de cargos, entre ellos homicidio en primer valor, secuestro agravado, acometida agravada contra un último y desmembramiento de un cuerpo.


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Agencias

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Figueroa, en ese entonces de 24 primaveras, ayudó a su superiora a estrangular con un cable a la muchacho, gestante de nueve meses, para luego abrirle el tripa de flanco a flanco y sacar al bebé del seno, según la denuncia de la Fiscalía.

Luego, la homicida llamó a emergencias para proponer que había cedido a luz, pero que el párvulo no respiraba. Al ser interrogada, negó que Ochoa López hubiera llegado a su casa y aseguró que el bebé era suyo.

Yovanny Jadiel López, el párvulo arrancado del vientre de su superiora, murió el 14 de junio tras tener lugar siete semanas ingresado con respirador industrial oportuno a los daños cerebrales que sufrió en el ataque. El médico forense certificó su crimen como homicidio.

“Nunca podría disculparme por lo que hice”

Desiree Figueroa dijo este jueves en la corte que lo sentía. “Nunca podría disculparme por lo que hice”, relató, según la información citada por el diario Chicago Tribune.

Mamá e hija atrajeron a la víctima a una casa en el suroeste de la ciudad con la promesa de donarle ropas y un carrito de bebé, entre otros artículos, y una vez adentro la atacaron. El cuerpo de la muchacho fue arrojado a un contenedor de basura, donde fue opuesto casi tres semanas posteriormente.

En abril pasado, Clarisa Figueroa se declaró culpable de todos los cargos y fue condenada a 50 primaveras de prisión sin derecho a sencillez condicional.

Piotr Bobak, el novio de la homicida y quien según la Fiscalía limpió la terreno del crimen, se declaró culpable el año pasado por un cargo de obstrucción de la imparcialidad y fue sentenciado a cuatro primaveras de prisión.

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