Sobre el terreno, la sensación es diferente. “No se están cubriendo las necesidades básicas, el centro está superpoblado. Necesito tres cuidadores para decir que podemos hacer el trabajo al 100%. Las necesidades educativas han crecido”, se queja la directora de A Ponte, Áurea Pérez.
A Ponte es un centro al que acuden muchos alumnos con necesidades educativas especiales. “En agosto, sin previo aviso, el departamento nos quitó a un cuidador. Nos enteramos porque la cuidadora nos envió un guasap. Es cierto que un niño se iba, pero lo necesitamos igualmente porque está ahí para muchos otros niños. No somos números”, afirma el director, quien asegura que se está mermando la “calidad” de la enseñanza.
La solicitud formal a la Educación por parte de un cuidador y un profesional de Pedagogía Terapéutica Ya lo han hecho desde el centro, pero aún no han recibido respuesta. “Como personal docente, el centro no está cubierto. Falta personal, necesitamos recursos”, insisten desde el centro.
Recuerdan que en el CEIP A Ponte había cuatro cuidadores. Ahora son la mitad. “¿Qué pasa con los niños con patologías?” preguntan en la escuela, donde cuentan con el apoyo de Anpa en esta demanda.
Si las peticiones a la Xunta no prosperan, el colegio ya baraja más movilizaciones. De momento, pancartas inundan el centro y los familiares ya están informados de la situación. “A Ponte siempre ha sido un centro de referencia, no nos pueden dejar tirados”, afirma el director.
En el documento enviado a los padres y firmado por la facultad, Reclaman los “recursos humanos y materiales que necesitamos y que nos prometieron”. Y aseguran: “Hoy en día no podemos cubrir todas las necesidades del centro, esto implica un aumento de la tensión en la comunidad escolar, lo que reduce la calidad de la enseñanza que reciben todos los alumnos”.