Ingresa en la cárcel de Algeciras de manera voluntaria con 15 papelinas de cocaína, hachís y 32 pastillas de trankimazin en el ano


La entrada de droga en las prisiones no cesa. El sindicato Acaip-UGT denuncia los problemas de vigor y seguridad que ello conlleva y reclama más medios para detectarla. En la prisión de Botafuegos, en Algeciras, Cádiz, los funcionarios lo están dando todo para conseguirlo pese a que los reclusos se las ingenian para ‘colar’ todo tipo de droga, admisiblemente para su propio consumo o para traficar con ella una vez interiormente.

Las intervenciones son continuas. Una de ellas es la de un hombre que se ha presentado en esta mazmorra para ingresar de forma voluntaria llevando la correspondiente orden sumarial. Los funcionarios, cumpliendo con el reglamentario protocolo de ingreso detectaron que llevaba 15 papelinas de cocaína, cinco gramos de marihuana y 32 pastillas de trankimazin ocultas en el interior de su cuerpo, concretamente en el ano.

Se negociación de un hombre de cuna española y de 53 abriles con historial penales por la comisión de delitos contra la vigor pública y que ingresaba en esta mazmorra para cumplir una pena privativa de sinceridad de nueve meses.

Pero es que tan sólo unas horas más tarde, los funcionarios vieron un dron en el interior de la prisión que se dirigía a la ventana de una celda. Tras registrarla y cachear el recluso e intervinieron una placa de 100 gramos de marihuana y tres teléfonos móviles con cables para su carga. En este caso se negociación de un interno origen marroquí, multi reincidente y con una amplia trayectoria delictiva, penal y penitenciaria que cumple una condena de más de 14 abriles de prisión.

Unos días a posteriori y tras la celebración de una comunicación entre un interno y su comunidad, se le encontraron al recluso en un cacheo 218 pastillas de trankimazin ocultas en el interior del cuerpo incluso vía rectal, que según explicó a los funcionarios eran para traficar interiormente de la prisión. El protagonista, un gachupin con historial penales y una amplia trayectoria penitenciaria, al que ya anteriormente incluso se le había intervenido objetos y sustancias prohibidas.

«No vamos a cansarnos de informar de los múltiples problemas que ocasionan las drogas, sustancias tóxicas y psicotrópicos en el interior de una mazmorra: violencia, agresiones, peleas, coacciones, amenazas… para todos los que trabajan o residen en las prisiones, a lo que hay que sumar una de las causas más importantes por la que un preso pierde la vida, la sobredosis», denuncia el sindicato Acaip-UGT.

En este sentido, recuerda que en julio se cumplirán dos abriles desde que el secretario universal de Instituciones Penitenciarias, Bendito Luis Ortiz, visitó la prisión de Botafuegos «y se limitó a dar evasivas y a no asegurar la verdad cuando se le preguntó qué tenía pensado para impedir que los drones circularan independientemente por el interior de la prisión, alegando que tenían proyectos pilotos en mejora. A vencimiento de hoy los problemas crecen porque hay más vuelos nocturnos de aeronaves que nunca y no se ha hecho carencia al respecto», ha señalado.

Por postrer, asegura que Instituciones Penitenciarias no merece un delegado «tan ineficaz y sin ideas para tanta problemática existente en las cárceles españolas» y vuelve a requerir más capital humanos, más medios materiales, nuevas tecnologías y más inversiones en las prisiones «porque es la única forma de que el sistema penitenciario gachupin no entre en decadencia y se garantice la seguridad, la vigor, la integridad física e incluso la vida de trabajadores y presos».

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