Este festival, O Son do Camiño, que cumple ya siete abriles, se ha convertido en el evento anual musical de Santiago. Hasta la ciudad llegan jóvenes de todas partes de España, y hasta 15 países extranjeros, y conviven, durante tres días, con los compostelanos. “Hay muchísima muchedumbre mancebo, pero incluso hay sabido natural. Es habitual ver a madres y padres bailando con sus hijos y, al flanco, adolescentes, personas ya un poco mayores…”, apuntan desde la estructura.
Así que con un espacio tan ecléctico la música incluso ha de ser variada y, con horarios, que se adapten a todos. Por eso lo conciertos comienzan pasadas las tres de la tarde y se prolongan hasta aceptablemente entrada la amanecida. Tres escenarios, una aguaducho, radio de camping, ‘glamping’ y ‘foodtrucks’ para todos los gustos.
Los abonos se han cansado, incluso las entradas para este jueves y para el sábado, tan solo quedan unos cuantos boletos para el viernes. Y, con todo vendido, comienzan ahora los alteración, las dudas sobre cómo venir al perímetro y las colas para hacerse con las pulseras que dan golpe al radio de conciertos. Por esto, existen autobuses lanzadera, y estos pasados días se habilitó un ocasión para poder hacerse con los brazaletes de entrada y aligerar, así, las filas del primer día.
El cartel es, como decíamos, de lo más variado: este jueves destaca Green Day, J Balvin o Arde Bogotá; el viernes Pet Shop Boys, Myke Towers y Love of Lesbian; y, el colofón final será para Thirty Seconds To Mars, Melendi y Ana Mena. Medio centenar de actuaciones, repartidas en 36 horas, que prometen sorprender a los más afortunados, los que han conseguido entradas.
Santiago se viste de festival y el Monte do Felicidad promete el longevo de los espectáculos. Acertadamente de ‘brilli’ y a disfrutar de O Son do Camiño.
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