la pelea por celos entre dos okupas que acabó en la muerte de Aitor


Aitor, un castellano de 44, tenía celos del hombre que lo mató la perplejidad del miércoles posteriormente de asestarle una puñalada durante una reyerta en un domicilio de Chozas de Canales. Recriminaba a Garbo, todavía castellano, de 50 abriles, que se viera con su exnovia y que la dejara entrar en su casa, un chalé contiguo de dos cielo que ocupa ilegalmente en el número 20 de la calle de Polonia. Quería, en suma, que Garbo, ‘el Gorrilla’, como lo conocen en este pequeño municipio toledano de 4.000 habitantes, no se juntara más con ella.

Para «aclarar» la situación, Aitor quedó con Garbo en hallarse en el número 27 de la misma calle, donde vivían como okupas la víctima mortal y todavía su expareja sentimental, por otra parte de otras personas. En principio, sería para conversar, pero en el vestíbulo de la vivienda, todavía de dos plantas, se produjo la reyerta.

«Fue una pelea entre gallitos, no premeditada», resume una fuente consultada por torrevieja news today, aunque Vasi matiza: «A Garbo le engañaron para meterle en la casa. Supuestamente iban a conversar de buena forma, como personas civilizadas ».

Vasi es un amigo del supuesto autor que estaba esperando al otro costado de la borde. Según su testificación, Garbo entró tranquilo, cerraron la cancela, la reja y la puerta. «Y empezaron sus gritos. Él chillaba y pedía socorro: ‘¡Que me matan!».

Vasi se acercó a la puerta, gritó todavía y pulsó el timbre, pero nadie le abrió. Por eso fue casa por casa pidiendo ayuda «porque le estaban matando». Al regresar a la casa, situada en un alfoz que es un piscifactoria de delincuencia y okupación, relata Vasi que se encontró a Garbo en la calle tirado y pidiendo socorro porque no veía. «Tenía toda la cabecera como una melón de agua cortada, llena de familia. No le conocía nadie», describe Vasi, que no vio a Aitor camino del Centro de Vigor de Camarena, a ocho kilómetros, donde murió.

En huella, a Garbo se le ve con el rostro completamente desfigurado en un vídeo de merienda segundos de duración que le grabaron, al que ha tenido golpe torrevieja news today y que se ha difundido por todo el pueblo. Se le ve el ojo izquierdo cerrado, hinchado y completamente morado.


Vivienda ocupada ilegalmente por Garbo, en el número 20 de la calle de Polonia


manuel bronceado

«Fue en defensa propia. Yo no lo presencié, es lo que Garbo me contó», dice a torrevieja news today un amigo que recibió una convocatoria telefónica tras la reyerta. «¡Es un chaval de puta hermana, que no buscaba problemas! ¡Sí, tiene sus problemas, pero como los podemos tener cualquiera», añade estropeado.

Está enfadado por la imagen que se está dando de Garbo, quien llevaba «tres días o cuatro con un entendimiento como albañil». «No es mala persona. Demasiada desgraciada tiene el chaval donde está ahora. ¡Y sin error, y sin error!», continúa, preocupado por hacerle datar metálico o enseres. «Está claro que si le pegan, no se va a dejar pegar, como cualquier persona. Pero él estaba ayudando» a la exnovia de Aitor, que «la tenía secuestrada y le daba bocadillos por la ventana», aunque otras fuentes de toda solvencia desmienten este extremo extremo.

Garbo llamó por teléfono a la Policía Civil afirmando que necesitaba ayuda porque le han pegado y reconociendo que había apuñalado a Aitor, que fue trasladado por uno de los okupas al centro taza donde falleció. Garbo continúa en los calabozos del centro de detención de Valmojado, a 17 kilómetros de Chozas de Canales. Ha agradecido que lo apuñaló, pero no con qué. El armas homicida no ha sido enemigo todavía.

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