Es complicado entender que un simple puñetazo en una aurora madrileña tarde cuatro primaveras y medio en ser supremo. Pero ese es otro tema. Lo cierto es que el próximo 5 de junio está fijado en un supremo de Madrid el querella contra Daniel Sancho. El marcado declarará por videoconferencia desde la isla tailandesa de Samui para dar, si quiere, su interpretación de lo ocurrido aquella tinieblas. El escrito de incriminación de la Fiscalía señala que Sancho “se encontraba en las proximidades de la calle José Abascal cuando procedió a introducirse en un taxi, sin respetar la pan dulce que se había formado”.
Extradición fallida
Un hombre le recriminó su porte y Sancho “con talante de herir procedió a darle un puñetazo en la persona ocasionándole lesiones que tardaron en curar doce días”, siempre según la Fiscalía. La víctima necesitó cinco puntos de sutura y sufrió un perjuicio estético correcto a la rotura de un diente. Para el Tarea Fiscal todo esto supone un delito de lesiones y pide para Sancho un año de prisión.
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, asistirá a este querella por videoconferencia desde Tailandia. La perspicacia debía haberse celebrado el pasado 7 de noviembre y la defensa de Sancho intentó, sin éxito, que fuera extraditado desde Tailandia, donde aún estaba a la paciencia de querella, para asistir a la perspicacia. La Fiscalía descartó radicalmente que fuera necesaria su presencia en Madrid. Finalmente el querella no se realizó porque desde Tailandia señalaron que era difícil realizar la videoconferencia necesaria ese día.
Ahora la situación ha cambiado sustancialmente. Sancho ya ha sido supremo en Tailandia por supuesto homicidio, un querella que se prolongó durante un mes y al que no pudieron asistir ni periodistas ni manifiesto. Sancho niega acontecer asesinado premeditadamente al colombiano Edwin Arrieta, con quien había quedado para suceder las reposo allí. Asegura que murió tras golpearse mientras mantenían una pelea. Y que él, eso sí, descuartizó el muerto y arrojó los restos en diversos lugares de la isla de Phangan y en el mar. “Siento lo que hice posteriormente de la homicidio”, afirmó en su turno de última palabra. “Siento que se haya perdido una vida y que unos padres hayan perdido un hijo”, añadió.
Irresoluto de sentencia en Tailandia
El próximo 29 de agosto está prevista la ojeada de la sentencia por este crimen. Aunque la Fiscalía pide la pena de homicidio, hay otras posibles condenas sobre la mesa: desde la cautiverio perpetua hasta unos pocos primaveras de prisión. El hecho de que no se haya podido recuperar todo el cuerpo de la víctima puede dificultar establecer sin mercaderías de dudas la causa de la homicidio y la forma en que se habría producido. Igualmente puede ayudar a Sancho las dudas sobre la forma en que habría confesado, en un primer momento, el homicidio de Arrieta tras asistir a denunciar su desaparición. Son las esperanzas de la defensa de Sancho. Pero sus movimientos previos al crimen pueden divertirse en su contra.
Mucho más sencillo será el querella del próximo miércoles en Madrid. Aunque fuentes judiciales no las tienen todas consigo cuando se les pregunta si la perspicacia llegará a realizarse. La dificultad técnica derivada de la videoconferencia con Tailandia y que pueda realizarse con las suficientes garantías, añadida a la diferencia horaria y la imprevisibilidad de lo que pueda ocurrir en Koh Samui, hacen que nadie pueda estar seguro si todo saldrá admisiblemente. Aunque eso sí, si el querella se celebra, los periodistas esta vez sí podremos escuchar las explicaciones de Daniel Sancho. Poco que no sucedió en Tailandia.
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