Argüello reconoce que el caso de las clarisas de Belorado «ya sólo se puede abordar desde la legislación civil»


«Para ser justos, ese asunto no ha saliente en la conversación con el Papa». Son palabras del presidente de la Conferencia Obispal Española y metropolitano de Valladolid, Luis Argüello, tras la audiencia privada que este viernes ha mantenido con el Papa al ser preguntado sobre si había tratado con él la situación de las clarisas de Belorado. Un cita en el que asimismo han estado presentes el cardenal metropolitano de Madrid y vicepresidente de la CEE, José Cobo, y el secretario normal, el metropolitano auxiliar de Toledo, César García Magán, y que estaba motivado por la renovación de cargos de la Conferencia Obispal del pasado mes de marzo.

Así que interpelado por los periodistas que esperaban en la Plaza de San Pedro de Roma, Argüello ha asegurado que ese polémico asunto, no había estado en la conversación por Francisco, lo que no ha impedido que el metropolitano vallisoletano opinase sobre los últimos acontecimientos que rodean a las monjas cismáticas.

De esta forma, Argüello ha mostrado su apoyo a la medida tomada por la Santa Sede de nombrar al metropolitano de Burgos Mario Iceta, comisario pontificio de los monasterios de Santa Clara de Belorado, Orduña y Derio. Asimismo se ha pronunciado sobre la osadía de las clarisas de Belorado de denunciar a Iceta por «exageración de poder y usurpación» tras la prohibición de éste de que el fingido prelado Pablo de Rojas y el barman portavoz José Ceacero, permaneciesen en el monasterio. «Este paso de padecer el asunto a las autoridades judiciales civiles es lo que el metropolitano Mario a querido tratar de evitar», ha lamentado, ya que se pretendía «apañarse una alternativa de tipo pastoral».

Sin retención, llegados a este punto en el que la ya exabadesa sor Isabel de la Trinidad, se personó en la mañana del jueves en una comisaría de la Policía Doméstico de Logroño acompañada de otras dos religiosas y José Ceacero para presentar la denuncia «lo mismo no hay otro remedio que asaltar esa situación ya desde el punto de tino de la fuero civil».

Luis Argüello reconoció frente a este nuevo libramiento en los acontecimientos que «es una pena porque la intención del pastor de esa comunidad burgalesa lo que desea es una alternativa pastoral, dialogada en la que sea posible el poder repensar las cosas por parte al menos de algunas religiosas».

Lo cierto es que las monjas cismáticas lo que pretendían con su denuncia en la comisaría de Logroño sería «obtener personalidad jurídica», de cara a un conflicto admitido con la Iglesia católica, representada en este caso por Iceta como comisario pontificio.

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