así fue la emboscada con palos, barras de hierro y cadenas


El partido, a merced de la amistad tejida entre Ghetto 28 y Ligallo Fondo Ideal, no aparenta un peculiar peligro. Los ultras de Leganés y Zaragoza mantienen buena sintonía, tanta, que aquel sábado 27 de abril, un pequeño número de miembros del categoría maño acude al bar donde paran los radicales pepineros. A desatiendo de tres horas para la celebración del cita, cuyo inicio dará espacio a las 4 de la tarde, el condición en la calle del Roncal es tranquilo; y ausencia, a 500 metros del estadio municipal de Butarque, hace presagiar que la recorrido de hermandad está a punto de explosionar por los aires.

Pero un tercer categoría en discordia, Embrollo, ultras de extrema izquierda del Zaragoza y enfrentados ideológicamente a Ligallo desde su creación en 2010, aparecen por sorpresa desde el banda más cercano a las vías del tren. En total, son trece los integrantes desplazados, a los que nadie en la zona dilación con los brazos abiertos. Armados con palos, barras de hierro y cadenas alcanzan a los locales a la cima de unas escaleras: los visitantes están en inferioridad numérica y en la cara mala del ‘bailable’, acoplado debajo de los citados escalones. Aunque llegados a este punto, ausencia parece frenarlos.

Los integrantes de Ghetto 28 y los pocos de Ligallo presentes salen al cita, provistos de estacas y armas arrojadizas en forma de botellines. Ningún edicto retrocede y solo la rápida intervención policial provoca la estampido de los miembros de Embrollo. Siete de ellos son apresados por la Policía Restringido de Leganés, y cinco más por la Policía Franquista; de los trece visitantes, doce no regresarán esa perplejidad a Zaragoza.

Los agentes incautan en los maleteros de tres vehículos diverso material pirotécnico (bengalas, petardos y botes de humo), palos de madera, barras de hierro y protectores bucales y de muñeca. Igualmente encuentran varios pasamontañas, una prenda cada vez más habitual en las grescas, a fin de evitar ser reconocidos por terceros o en posibles grabaciones. Tras acontecer por dependencias policiales, los radicales son puestos a disposición procesal acusados de riña tumultuaria, sin que ello parezca importar a quienes llevan una vida de excesos y violencia.

Imagen principal - Arriba, los doce detenidos de Avispero, a la salida de los juzgados de Leganés. Abajo, armas incautadas en la refriega por parte de la Policía Local
Imagen secundaria 1 - Arriba, los doce detenidos de Avispero, a la salida de los juzgados de Leganés. Abajo, armas incautadas en la refriega por parte de la Policía Local
Imagen secundaria 2 - Arriba, los doce detenidos de Avispero, a la salida de los juzgados de Leganés. Abajo, armas incautadas en la refriega por parte de la Policía Local
Hacia lo alto, los doce detenidos de Embrollo, a la salida de los juzgados de Leganés. Debajo, armas incautadas en la refriega por parte de la Policía Restringido

De hecho, suya es una fotografía a la salida de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Leganés, donde posan desafiantes con sus pertenencias recién devueltas (aún metidas en la bolsa). Más de un mes a posteriori de su puesta en familiaridad, la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Racismo y la Intolerancia en el Deporte ha juicioso sancionar a los doce hinchas identificados con multas de 4.000 euros y prohibición de comunicación a recintos deportivos por un período de 12 meses para cada uno de ellos.

Con todo, no es la primera vez que los ultras de Embrollo se hacen notar en el sur de Madrid. En 2016, ya atacaron a Ligallo a las puertas de un bar de Getafe, todavía en los prolegómenos de un partido del Zaragoza contra el equipo de esa billete. Aquella vez volaron sillas, piedras y puñetazos, y algunos vecinos registraron con sus móviles la secuencia, lo que posibilitó a los agentes arrestar a 23 individuos, acusados de un delito de odio, riña tumultuaria y desórdenes públicos. Ocho primaveras a posteriori, los trece de Embrollo volvieron a acercarse hasta las inmediaciones del Coliseum, aunque esta vez dejaron la bulla para la batalla de Leganés.

El resultado, un herido con una brecha en la cabecera, doce detenciones y un nuevo episodio de violencia entre las dos facciones radicales del Zaragoza, Ligallo y Embrollo, con Ghetto 28 de por medio.

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