Tras la rotura del azud de Santa Ana a consecuencia de la DANA, la Cátedra del Tajo ha propuesto una mesa de diálogo formada por expertos para buscar una solución consensuada a esta nueva situación del río, a su paso por Toledo, que no puede ” pase de izquierda”.
“Tenemos que hablar para poder llegar a soluciones y consensos”, dijo a torrevieja news today la directora de la Cátedra, Beatriz Larraz. En su opinión, “la rotura es mucho más grave que la que existía anteriormente”, ya que ahora deja pasar agua por debajo del azud. Y lo explica claro: «Es como si quitaras el tapón de una bañera llena pero dejaras el grifo un poco abierto. ¿Lo que sucederá? Se irá vaciando, poco a poco, poco a poco. Hasta que solo veas circular agua del grifo ligeramente abierto, pero no agua almacenada. Se ha dicho muchas veces que El Tajo a su paso por Toledo es una sucesión de pozas. Pues efectivamente así fue, y por eso, si se rompe un azud, el estanque correspondiente prácticamente se vacía, quedando sólo el escaso caudal circulante entre azudes. En este caso, el tramo afectado, el que quedará casi vacío, es el situado entre los azudes de San Sebastián y Santa Ana.”
Beatriz Larraz considera que se deben focalizar las consecuencias de esta ruptura desde 3 puntos de vistaal menos:
En primer lugar, “desde el punto de vista de la salud del río, de su funcionamiento como río, la eliminación del azud (azudes en general) es una buena noticia, porqueEl río ganaría un poco de dinámica fluvial, Si fuéramos más sensibles (y nosotros también) a ligeras variaciones de caudal, se conseguiría una ligera inundación de la llanura aluvial, lo que permitiría mejorar el bosque de ribera y contribuir así al proceso natural de desnitrificación que tendría esta inundación (incluso si fueran centímetros). y no metros). Digo sólo un poco porque para mejorar la dinámica fluvial, el río Tajo en Toledo necesita mucho más caudal, variabilidad y sedimentos. Y, por supuesto, se eliminaría el efecto barrera que supone para los peces y la fauna acuática. Esto último es fundamental, ya que permitiría el movimiento de peces, contribuyendo a su riqueza genética y evitando, aunque sea un poco, la extinción de especies autóctonas, poniendo más dificultades a las especies alóctonas que están más acostumbradas a esta operación. Más propio de una laguna que de un río.
En el segundo, sin embargo, desde el punto de vista paisajístico y estético, la La eliminación del azud supondría “una disminución muy clara y perceptible de la superficie de la lámina de agua”.. Por Toledo discurriría un río, aparentemente menos importante, porque ahora ‘disfrutamos’ del efecto visual de grandeza (en términos de cantidad de agua, no de calidad) que nos proporciona la sucesión de estanques como consecuencia de la presencia de estos azudes. Habría que transmitirlo a la ciudadanía, para que tomaran conciencia, a través de la modelización, de cómo sería el río ante cada uno de los caudales que circulan.
Y, en tercer lugar, Desde un punto de vista histórico, de conservación del patrimonio, “parece claro importancia y la necesidad de conservarlos.” »Hay referencias de los Molinos de Santa Ana desde 1329, por lo que el azud debió existir desde entonces (información facilitada por Fernando Aranda)», afirma.
Según Larraz, estos tres planteamientos, al menos, pueden ayudar a la ciudadanía a entender las distintas opiniones que se están expresando respecto a la rotura del azud de Santa Ana. “No se trata de elegir uno, sino de establecer una mesa de diálogo entre expertos, para que estos enfoques y otros que puedan surgir, sean desarrollados, argumentados, con el fin de contribuir a una solución acordada», reitera.
El Silla Tajo fue creada hace dos años por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la Fundación Soliss, una organización que nació para trabajar para promover la recuperación integral y la mejora del estado ecológico del río y sus afluentes a través de la investigación científica. formación y difusión.