En la primera embestida, el BMW de color apagado impactó frontalmente contra Sergio, pero pudo usar a unos cuantos jóvenes más. En la segunda, quién sabe si con la intención de rematar al caído, volvió a acaecer marcha antes por encima del atropellado. «Le ha pasado ida y reverso», describiría un testificador poco luego del tremendo desenlace: el cuerpo de Sergio, 24 abriles, yacía sin vida en el suelo del parking del centro comercial Plaza Septentrión 2 (en la aldea de San Sebastián de los Reyes), tras sobrevenir pasado una oscuridad de fiesta en la discoteca Persépolis.
Un restringido en el que habría coincidido con su supuesto homicida, sin que entreambos se conocieran de antemano. Allí adentro, el autor del atropello, detenido en la tarde del domingo tras entregarse en la comisaría de Alcobendas, tuvo que ser expulsado por los porteros de seguridad a raíz de desatarse una pelea entre dos grupos. A partir de ahí, los hechos se precipitan: Sergio salió con sus amigos al aparcamiento, donde mínimo hacía presagiar lo que estaba a punto de suceder.
El conductor del BMW, un colombiano de 34 abriles, pisó el acelerador y se echó encima de los concentrados. Todos se libraron menos uno, lo que provocó que el resto de los afectados tratasen de frenar al responsable. Fue ahí cuando este final dio marcha antes y golpeó de nuevo a su víctima, ayer de huir a toda prisa sin ser apurado. Los primeros en socorrer al mancebo fueron los efectivos de Protección Civil de la aldea, relevados a su vez por los sanitarios del Summa 112, sin que finalmente pudieran hacer más por su vida. Sergio moría allí mismo a causa de un traumatismo craneoencefálico severo y otras lesiones graves.
Los hechos, que ocurrieron a las 6 de la mañana del pasado sábado, comenzaron a investigarse por el Montón VI de Homicidios y la Sección de Delitos Violentos de la Policía Científica, cuyos agentes, por otra parte de poner en cobro pruebas, tomaron el prueba de los testigos y amigos del fallecido, y se llevaron las grabaciones de las cámaras de seguridad del enclave. El rápido hallazgo del coche en un municipio cercano, unido a la presión sobre el entorno del sospechoso, llevó a que este se presentara en dependencias policiales horas luego de darse a la fuga.
Descartado el móvil de la violencia entre bandas juveniles, los amigos del malogrado sostienen que Sergio ni siquiera estuvo implicado en la pelea. Lo que sí habría hecho luego sería intentar mediar en la misma, un extremo aún en investigación. El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, confirmaba ayer que ayer del impacto mortal «hubo algunos incidentes en el propio restringido que motivaron el que fueran expulsados una serie de ciudadanos al foráneo y estos ciudadanos supuestamente fueron los que tomaron el coche y atropellaron a esta persona que ha fallecido».
En el punto exacto del impacto, los allegados de Sergio han alzado un pequeño altar en su memoria, con fotografías, mensajes de cariño y una bandera del Corpulento de Madrid, el club de fútbol del que era devoto. Mientras, el detenido permanece en los calabozos de la comisaría de Alcobendas, a la dilación de acaecer este martes a disposición jurídico. Está inculpado de un delito de homicidio.