Los estudiantes se presentaban hoy a una cita esencia de cara a su futuro, y cada uno lleva la procesión a su guisa. Luego de un dispendioso historial de anécdotas a lo dispendioso de los abriles, en la mañana de hoy se han podido ver todo el espectro de tipos de jóvenes que se presentan a la selectividad.
“Había de todo”
Martín López afrontó esta EBAU con una nota de corte en mente. Tiene el objetivo de alcanzar los requerimientos para estudiar Periodismo en Santiago de Compostela, y admite que “ya esperaba” poco similar: “Al final llevas todo el año repitiendo lo mismo, solo te cambian los contenidos”.
Respecto a la mandato de los alteración, cuenta que “había de todo”. Estudiantes con más intranquilidad, “multitud muy nerviosa, al final te juegas tu futuro”. Por otro banda, otros compañeros lo llevaron con más calma: “Otra multitud que no estaba nerviosa, que igual ni les hace yerro a EBAU pero además querían hacerla”.
Jerigonza gallega, más sencillo que inglés
Martín admite salir del primer día con una “sensación agridulce”. La parte más positiva, el examen de argot gallega y letras: “No contaba con que salieran esos autores en letras (Agustín Fernández Paz y Luísa Villalta), pero sí que contaba con el tema de los prejuicios y la sociolingüística”.
En inglés, el principal problema residió en los textos: “eran poco difíciles y eso te condiciona a la hora de hacer el resto del examen”. Sin incautación, entre los estudiantes se pudo observar el sentimiento normal (y habitual) de que la preparación durante el bachillerato es más difícil y intolerante que la propia selectividad.