<!(CDATA(No hay ningún desafío lo suficientemente difícil como para detenerlo. hermanos pou. Iker y Eneko han pasado todo el año recorriendo senderos en las montañas del Himalaya, y aún les quedaba una última aventura antes de que acabara el verano. “Probamos este proyecto el año pasado pero las condiciones meteorológicas nos lo impidieron”, explican los montañeros vascos.
Ranrapalca, una montaña de más de 6.100 metros
Los Pou han llevado a cabo la Primera ascensión a la cara noroeste del macizo., el más inaccesible. Un muro de casi un kilómetro de vertical. La nueva carretera lleva el nombre Ya Pe’ Cholo (6b, 80º, 1.200m). “No estábamos seguros de poder escalar algo tan largo, vertical y complejo a más de 6.000 metros de altura”, afirman los hermanos Pou.
Una escalada de 2 días completos.
Junto con un escalador local, miguel quito, Iker y Eneko realizaron la ascensión al macizo. Una subida dura, expuesta y muy larga. Tuvieron que pasar la noche a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar. Al día siguiente, entre desprendimientos de rocas y hielo, lograron llegar a la cumbre.
Una ascensión que los Pou han definido como “dura, expuesta y larguísima. Difícil, porque subir una pared tan grande con casi 20 kilos a la espalda multiplica la dificultad. Expuesta, porque al estar al final de la temporada y con el calor que hace Como lo ha hecho este año, los desprendimientos de roca y hielo que cayeron a nuestro alrededor fueron constantes y largos, porque con 900 metros de desnivel y más de 1.000 metros de recorrido, esta cara noroeste del Ranrapalca es una de las más grandes que hemos escalado. .”
Un descenso peligroso y aterrador
Durante el descenso se produjo la tragedia. Un bloque de piedra que se había caído golpeó la cabeza de Eneko Pou mientras haces rapel. “El golpe fue brutal y como no respondió me temí lo peor”, cuenta su hermano Iker. Después de unos momentos muy difíciles, Eneko volvió a dar señales de vida. Cuando se recuperó pudo completar el descenso sin ayuda. Los dos hermanos y su nuevo amigo Micher lograron llegar al refugio pasadas las 2 de la madrugada. Un final feliz para una gesta histórica del Pou.
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