«El primer muerto llevaba un coste y el resto le salía gratis»


La fatídica crepúsculo del 1 de julio, al igual que una veintena de compañeros de dispositivo recibió una citación para venir a Valladolid en presencia de un complicado conflicto con un hombre que supuestamente había matado a su vecino y se había atrincherado en casa con un rehén. Amenazador, desde el otro flanco de la puerta les advirtió que el primer muerto «llevaba un coste» para él, pero ya con esos cargos sobre su espalda «el resto le salía arbitrario». Lo dijo ayer y luego de realizar un tiro que impactó en la individuo del teniente coronel al frente del cuerpo de élite de la Vigilancia Civil desplazado, según ha explicado este miércoles quien fuera su segundo de abordo, que ha recordado el momento en el que su «superior y amigo» cayó desplomado en el rellano del marcado tras acoger un disparo mortal.

El comandante de la Vigilancia Civil ha expuesto que se encontraba yuxtapuesto a Pedro Alfonso Casado (‘Perico’), agente caído esa crepúsculo en acto de servicio, en el portal del inmueble localizado en la asiento de Santovenia, tras la puerta del calle bajo en el que se había hecho musculoso el marcado, conocido como ‘Chiqui’, que había mantenido un postura «chulesca» y amenazador, cuando escuchó el tiro mortal. «A mi me sorprendió ese disparo. Estaba a dos o tres metros de mi superior, al que ya vi tendido el en suelo», ha señalado, informa Ep.

«Nos dijo que el primero llevaba un coste y el resto le salía arbitrario», ha insistido el parte de la Dispositivo Distinto de Intervención, que todavía ha indicado que minutos ayer el atrincherado les había recriminado por hacer ruido tras la puerta y les había indicado que o cesaban los mismos o la cosa iba a «terminar mal» porque tenía «trampeado» con explosivos el calle y todo el edificio.

El custodia civil ha explicado que desde el primer momento se había colocado un escudo balístico en presencia de la puerta para avalar la seguridad de los sanitarios en el momento de atender al vecino caído en primer empleo, Dionisio A.P, y que todos los agentes actuantes iban provistos de chalecos y cascos antibalas, incluido su superior. Pese a ello, el tiro a través de la puerta impactó en el casco de ‘Perico’ y se alojó mortalmente en su individuo. «Para ese calibre no teníamos casco balístico que sirva. Que yo conozca, no existe uno capaz de evitarlo», ha lamentado el comandante.

Por otro flanco, ha abordado el agente en su comunicación en la Audiencia de Valladolid la huida del chavea -novio de su hijastra- que el ‘Chiqui’ supuestamente tuvo secuestrado durante sus merienda horas atrincherado tras disparar a su vecino y ha puesto en duda que el Iván V, quien en jornadas anteriores aseguró que fue retenido por su entonces yerno y figura como acusador particular contra él, fuera de verdad rehén, sobre todo por una serie de datos falsos que les transmitió en los primeros momentos de su huida.

¿A la fuerza o voluntariamente?

«Salió relajado pero se alteró cuando empezamos a interrogarle. Nos dijo que había permanecido ceñido pero los servicios sanitarios no vieron señal alguna de atadura. Además llegó a apuntar que había audición la voz de otro rehén, al que no había llegado a ver, y que incluso había manido cables de explosivos en las ventanas, cosa que luego se pudo comprobar que no era cierto», ha relatado el agente para testimoniar una serie de inexactitudes en el chavea que aún hoy en pleno motivo le llevan a dudar de que fuera una víctima más. «A mí me generó muchas dudas entonces. ¡Si era rehén, por qué no contó la verdad? No pondría aún hoy la mano en el fuego a la hora de pronunciarme si estaba allí a la fuerza o voluntariamente», ha insistido el agente.

Su afirmación siembra de este modo la duda en el tribunal y da alas a la interpretación del marcado y defensor de que el yerno del primero se había quedado en el calle de forma voluntaria para proteger el inmueble de una posible represalia de Dionisio A.P. (‘Dioni’), el vecino del 3º al que ‘Chiqui’ descerrajó un tiro mortal en la tripa, sin mediar palabra, cuando éste se presentó en presencia de su puerta, que aporreó, con motivo de una trifulca que esa tarde, horas ayer, se había registrado entre las familias de los dos.

Sin confiscación, otros agentes de la USECIC de la Vigilancia Civil que aquella tarde incertidumbre acudieron como avanzadilla a Santovenia para apaciguar los ánimos entre ambas familias, tras un pelea entre sus miembros, sí han avalado la interpretación de que Iván V. se encontraba retenido por el ‘Chiqui’ puesto que habían escuchado al chavea plañir e implorar a su suegro «¡no me mates, no me mates!».

Angustia

«La angustia del chavea y las amenazas que escuchábamos tras la puerta contra él nos parecían creíbles», han coincidido al señalar hasta seis miembros de la USECIC que intervinieron aquella crepúsculo en el marco de los hechos carencia más producirse la homicidio del ‘Dioni’ en presencia de la puerta del calle del ‘Chiqui’.

El encausado se enfrenta a condenas que oscilan entre los 84 primaveras de gayola por dos asesinatos, tentativa de homicidio, secuestro y tenencia ilícita de armas que solicita la viuda e hijas del agente y los 58 y 59 que, respectivamente, piden la fiscal del caso y la batalla popular ejercida por la Asociación Víctimas. El defensor del encausado, por su parte, tan solo reconoce la existencia de dos homicidios, uno doloso -el del vecino- y otro imprudente -el del custodia civil-, así como otro de tenencia ilícita de armas. Rechaza la existencia de los delitos de secuestro y tentativa de homicidio.

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