Año 451, las ciudades de Amiens y Reims han sido devastadas. El aventura de que ocurra lo mismo al resto del imperio romano de oeste es evidente. La aparición de los hunos comandados por Atila, aquel del que se dice que por donde pasa no crece la hierba, es inminente. El caudillo romano Flavio Aecio consigue convencer a visigodos, francos y otras tribus para que, en vez de seguir a la confusión, hagan frente global a la amenaza que supone la aparición de los hunos. Todas las tribus que vivían en el imperio romano de oeste no olvidaron su responsabilidad aquel día. Y fue allí, en los campos Cataláunicos donde en un día de junio la amenaza de los hunos fue conjurada.
Mientras tanto, en la España presente, sorprende la desunión de los partidos de centro y derecha en España frente a la amenaza creciente que supone el Gobierno del socialista Pedro Sánchez y sus socios comunistas, filo terroristas e independentistas. España está cayendo en un enorme descrédito por la forma en la que están aflorando posibles casos de corrupción y la forma de gestionarlos a través de cartas en Twitter.
Hemos sido engañados una y otra vez por un Gobierno que está haciendo lo que dijo que nunca iba a hacer. Tenemos que escuchar a los mismos dirigentes socialistas que antiguamente aseguraban que la indulto de los golpistas catalanes era poco ilegal, opinar ahora que no solo es constitucional, sino que encima favorece la convivencia. Un gobierno que en un año tan solo ha apto una ley, precisamente la de la indulto, y está siendo incapaz de encarar los problemas que tiene nuestro país. Se limita a crear problemas, hacer un diagnosis incorrecto de los mismos y proponer soluciones equivocadas. Un ejemplo es la última ocurrencia de la vicepresidenta Yolanda Díaz de amenazar con subir drásticamente los impuestos a las empresas distribuidoras de comida. Promulgaron un decreto para desmontar los precios de los alquileres de pisos y se cargaron el mercado y provocaron el impacto contrario. Ahora pretenden hacer lo mismo con los productos alimenticios. Lo extraño es que los sectores que mejor funcionan en la presente son aquellos en los que no mete las manos el gobierno para arreglar posibles problemas.
Pero más allá de todo esto, está nuestra democracia, nuestra monarquía y el herencia que nos dejaron nuestros padres de la transición, todo ello en aventura como el imperio romano frente a la aparición de Atila. Los socialistas de Sánchez van a utilizar las inminentes elecciones europeas para validar todos los desmanes, cambios de opinión y sumisión frente a las peticiones de los independentistas. Es posible que las alternativas a Sánchez y sus socios no despierten demasiada ilusión. Es triste ver como se pelean entre ellos, en vez de tratar de hacer frente juntos al aventura de que se consolide un régimen, en el que será difícil deletrear una opinión disponible y donde el sistema sumarial independiente será puesto en duda.
Pues como ocurrió en los campos Cataláunicos, yo considero que este próximo 9 de junio toca opinar NO a Sánchez. No evadiendo nuestra responsabilidad y yendo a la playa o la montaña en vez de ir a sufragar. No esperando a la próxima oportunidad para tomar partido, quizás entonces ya sea demasiado tarde. Toca sufragar a PP, Vox o Ciudadanos o a cualquiera de los partidos que no formen parte de esa coalición de los hunos socialistas. Toca opinar NO a Sánchez el día 9 de junio, para que no pueda opinar el 10 de junio que la mayoría social apoya la ley de indulto, la gobierno de las mascarillas de su ex ministro Ábalos y compañía, o que el lawfare impera en el sistema sumarial y obliga a una redefinición del mismo. Ha llegado la hora de martirizar un par de horas el domingo. Toca demostrar que creemos en nuestra democracia, esa democracia que se gestó en la transición y que tanto bienestar y facilidad nos ha hexaedro. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacemos, es muy posible que nos arrepintamos cuando Sánchez utilice esa desidia para su propio beneficio.