Los cálculos de Sánchez para ser investido amenazan la senda fiscal gallega


Hace un año, a estas alturas, Alfonso Rueda estaba a menos de dos semanas de presentarse por primera vez en el Parlamento de Galicia para avanzar las grandes líneas de los Orzamentos para este 2023. Con precisión de reloj suizo, entraron en O Hórreo en octubre y fueron aprobadas en diciembre, en tiempo y forma para su entrada en vigor el 1 de enero. El presidente de la Xunta mantiene la intención de volver a llegar a tiempo con las cuentas de 2024, pero conseguirlo se ha vuelto ‘aún más difícil’ , sin conocer a estas alturas el techo de gasto ni las entregas de cuentas. Además, basarse en estimaciones, en lugar de basarse en datos concretos, complica profundizar en el “camino fiscal propio” en el que insistió Rueda el año pasado. Y tiene el creciente convencimiento de que detrás de esa opacidad del Gobierno en funciones están los cálculos de Pedro Sánchez de permanecer en la Moncloa.

Rueda volvió a lamentar este jueves -preguntado al respecto en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo- que “no está siendo nada fácil” preparar los Orzamentos precisamente por esa “anomalía” de no conocer el techo de gasto, ni las entregas. a cuenta. Y allí introdujo el mensaje de que “cada vez” lo ve más “sospechoso” que en un “momento” en el que piden -en referencia a las exigencias del independentismo catalán- “cantidades económicas para apoyar la investidura (de Sánchez)”, “no se concreta” a las autonomías que quedan fuera de estas negociaciones, y “queremos simplemente lo que nos corresponde (…), lo que nos va a corresponder”.

El jefe de la Xunta insistió en que el paso de las semanas le lleva a preguntarse y sospechar con más intensidad. Y no es difícil deducir que su sospecha apunta a que el Gobierno en funciones no está facilitando la información porque aún no ha cerrado la factura a catalanes y vascos a cambio de su apoyo a Sánchez. En otras fases de su comparecencia, ante otras cuestiones que acabaron convergiendo en lo mismo, reiteró la preocupación que existe en San Caetano de que “cosas a las que Galicia tendría derecho” se estén “reservando para dar a otros” de quienes se solicita esa petición. atrás. También lo formuló así: «Galicia se juega mucho en esta negociación (…). Mucho me temo que al final esto conducirá a que, para dar más a unos, otros tengan que perder.

Una “desigualdad” a la que se enfrentará el próximo domingo, en el acto en los Multiusos do Sar junto a Alberto Núñez Feijóo; y el día 24 en la movilización de Madrid a la que confirmó que tiene previsto acudir. “Tiene que haber una reacción” ante lo que se filtra o lo que Puigdemont airea “claro, sin cortarse un pelo”. Rechaza la amnistía, pero también la ruptura de la igualdad territorial que hace que “Galicia pueda seguir perdiendo”: “Yo también quiero manifestarme contra eso”.

Cuentas avanzadas

“Aun así”, señaló Rueda, Galicia sigue adelante con sus Orzamentos, que precisó que se encuentran en una “fase avanzada de desarrollo”. No quiso desvelar puntos ni acciones concretas -un momento ideal sería el Debate sobre el Estado de la Autonomía-, pero sí dio algunas pistas. Los presupuestos de 2024 contribuirán, ha asegurado, a “proteger los servicios públicos”, a preservar su funcionamiento y seguir mejorándolos, como objetivo “ineludible”.

Al mismo tiempo, la idea es “mantener todas las ventajas y beneficios fiscales que están vigentes en estos momentos”. El año pasado anunció por primera vez, en su discurso de investidura, una reducción del 9,4% al 9% del IRPF para las rentas más bajas. A esto le siguió la bonificación del impuesto sobre el patrimonio del 50% -frente al 25% anterior- y la deflación del impuesto sobre la renta de las personas físicas hasta los 35.000 euros.

Lo que ha confirmado este jueves es que, siguiendo el camino que ya trazó Feijóo, “no habrá subidas de impuestos”. Lo que también le gustaría es “consolidar las caídas y, si podemos, hacer más”. Pero es “muy difícil” hacer “propuestas más precisas” sin datos cruciales, afirmó. Sin embargo, persiste la intención de que las cuentas entren en vigor el próximo 1 de enero; y consolidar Galicia como una “isla de tranquilidad” bajo la “marca” de “estabilidad”.

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