El Concello de Ourense bate records de impagos a proveedores y de salarios para asesores



El Ayuntamiento de la ciudad de Ourense bate récords de impagos a proveedores y salarios de asesores, mientras con el gobierno local de Gonzalo Pérez Jácome alcanza niveles históricos de baja ejecución presupuestaria. No gasta ni la mitad del dinero que ha autorizado, pero ya gasta en personal cinco millones y medio más que cuando llegó al cargo. Las cuentas municipales ofrecen su peor balance, con deudas ocultas de hasta 24 millones en servicios privatizados, mientras que el alcalde utiliza un millón al año para pagar contrataciones “escogidas a dedo” para su amplio “personal”.

Las cuentas municipales gotean por todos lados y profundizan las sospechas sobre la polémica gestión de Gonzalo Pérez Jácome, que ha logrado que el Ayuntamiento alcance niveles históricos de morosidad, con cuatro meses de retraso en el pago de facturas y 9 millones de euros de recibos impagados “ocultos”. en el cajón” (la llamada “cuenta 413”) por su retraso en la tramitación.

El actual alcalde culpa a la oposición -por sus anteriores etapas de gobierno- y a los funcionarios, pero los datos matan el relato, ya que la etapa de Jácome presenta peores cifras que sus predecesores en todos los indicadores económicos. Ni siquiera es capaz de tener más ahorros que su antecesor, pese a tener la ejecución más baja de la historia.

Actualmente, su ejecución presupuestaria (es decir, la cantidad de dinero que realmente se gasta en lo disponible) no ha superado el 50% en los dos últimos años, y está a años luz del 80% de 2014 o 2015. Xosé Mosquera, El exjefe de Intervención de la Diputación Provincial de Ourense, explica que todo lo que esté por debajo del 50% de ejecución se debe a “negligencia” a la hora de ejecutar el dinero disponible.

“Hay un gasto corriente que no requiere actuaciones ni apertura de expedientes, que se devenga, en gastos personales y ordinarios”, puntualiza. Aunque subraya que no es fácil ejecutarlo al 100%, “ni aceptable y normal sería una ejecución del 80%, nunca por debajo del 50%”, como ocurre en el Ayuntamiento de Ourense. Para el profesor del Campus de Economía Aplicada Alberto Vaquero, “que una entidad pública sistemáticamente no gaste lo que presupuesta es una falta de diligencia”. Explica que ciertos retrasos en la ejecución “son habituales e incluso pueden ser aconsejables”, pero siempre “dentro de un rango coherente”.

Respecto a la sistemática falta de presupuestos actualizados, la falta de personal (Jácome ataca continuamente el déficit de profesionales cualificados en el Ayuntamiento), Vaquero niega la mayor: “Argumentar que falta personal sólo es creíble durante un corto período de tiempo, y esta justificación no puede utilizarse para todo un mandato, al menos en municipios con un cierto número de habitantes, donde las dificultades de personal son inexistentes o mucho más pequeña.” Apunta más bien a la “falta de gestión” que, asegura, está detrás de la mayoría de ayuntamientos sin cuentas actualizadas, que optan por “ampliar sus presupuestos, una solución mucho más sencilla, pero que nunca debería ser la solución a la falta”. de gestión”.

La “cuenta 413”, como explica Mosquera, incluye aquellas facturas “que no requirieron tramitación de ningún tipo antes de ser formalizadas o ejercidas y han de cobrarse como si se cobraran”. Actualmente, en la etapa de Jácome se han superado los 9 millones de euros acumulados en este fondo, facturas que habrá que afrontar y que suponen una cantidad desorbitada, ya que, como apunta Mosquera, “asumen casi el 10% de todo”. o orzamento.” Esta cifra, que cuando gobernaba el popular Jesús Vázquez alcanzó cifras inéditas de 7 millones, y generó durísimas críticas por parte de Jácome, que le tildó de “inútil” y “el peor gestor de España”, ahora ha superado los 9 millones, cifras nunca antes vistas. vistos antes en la administración local de Ourense y que demuestran una parálisis sin igual en su seno.

Este volumen de facturas almacenadas en cajones ha provocado que la demora media en el pago alcance máximos históricos. La administración de Jácome paga -con datos a julio- en 120 días (4 meses), y durante la era Covid tardaba una media de 129 días en pagar las facturas. Sin ir más lejos, todavía no ha pagado al atleta africano que corrió el San Martiño en 2021 ni tampoco ha pagado el tramo urbano del Rally de Ourense en 2022 o 2023, lo que da buena cuenta de la falta de diligencia dentro del Local. Gestión.

“El periodo medio de pago a proveedores (PMP) mide el retraso de la Administración en el pago de la deuda comercial en términos económicos. La normativa establece que la Administración debe pagar dentro de los 30 días siguientes a la fecha de aprobación de las certificaciones de obra o de entrega de los productos”, afirma el profesor Vaquero, quien sostiene que el PMP es “vital”, ya que es “un elemento fundamental variables para abordar el análisis económico-financiero de una entidad local”, junto con el resto de tesorería, la deuda o la regla de gasto, un apartado de esta última que el Gobierno de Jácome, como ha advertido el interventor, ha vuelto a incumplir también en 2022. “Es un retraso notable, es un retraso leve respecto a la ley. “Si no hay partidas correspondientes por falta de fondos, hay que buscar crédito”, afirma Mosquera.

El Concejo ha vuelto en 2022 a encontrarse en situación de endeudamiento, tras años de recortes en los que se consiguió durante la época de Jesús Vázquez como concejal, llegando a tener un endeudamiento prácticamente nulo. Sin embargo, el año pasado volvió a cerrar con 146.000 euros en números rojos. Mientras tanto, el Ayuntamiento, ante la baja ejecución presupuestaria del nutrido equipo de Jácome, el remanente de Hacienda se mantiene por encima de los 130 millones, con un aumento continuo de los ingresos y cada vez menos dinero invertido.

Una de las banderas de Jácome cuando aterrizó en el Concello fue la agresión a los trabajadores públicos y a los “enchufados”. Un discurso que utiliza como escudo ante los problemas de su gestión y que los datos ponen negro sobre blanco. Los ajustes presupuestarios de los últimos años demuestran que Jácome gasta más que nunca en personal. Ya invierte más de un tercio del total en este apartado. El desembolso en asesores (personal temporal) ha superado el umbral del millón de euros en 2021 y 2022, y ya casi triplica lo que se gastaba en el Ayuntamiento hace 10 años. En cuanto al gasto total en partidas de personal, incluyendo también a trabajadores y directivos públicos, sigue multiplicándose. En 2022, el Consejo pagó 34,15 millones de euros en nóminas, frente a apenas 28,81 que se pagaron en 2018, cuando el PP aún gobernaba en solitario.

Cifras, todas, extraídas de la propia liquidación presupuestaria y de los órganos económicos del Consejo que confirman que, como diría él, “lo mensurable no es discutible”.

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