La COB llega con el trabajo hecho y ganas de demostrarlo, sobre todo en cuanto a sensaciones, que es el auténtico termómetro a estas alturas de la película. “Estamos dando los pasos habituales que debe dar un equipo en pretemporada, tanto a nivel físico como táctico. Si bien es cierto que faltar dos jugadores, ahora uno, es un hándicap, el equipo está respondiendo bien”, explica Félix Alonso, entrenador del conjunto orense.
El desaparecido, Romaro Gill, ya tiene todos los papeles en regla. Falta la luz verde del consulado y se espera su llegada la próxima semana. La que faltaba, Adika Peter-McNeilly, ya ha entrenado y estará en Lugo. También los hermanos menores Santiago y Javier Gónzalez, aunque, con 11 jugadores ya del primer equipo, sólo uno de ellos podrá saltar a la cancha.
Enfrente, un Breogán que inició antes la puesta a punto y que querrá drogarse con su equipo antes de sumergirse de lleno en la ACB. “Es un partido interesante, primero, para salir de la rutina de entrenamiento del día a día. Y luego, por enfrentarse a un rival de mayor categoría, más físico, con más calidad y que tarda más en prepararse. Habrá muy buen ambiente de baloncesto y, más allá de que es pretemporada, la afrontamos con el objetivo de competir cada minuto haciendo las cosas bien. Ahora mismo el resultado tiene muy poca relevancia”, afirma Félix Alonso.
El COB viaja sin bajas. Justin Turner jugará con una máscara protectora para evitar riesgos con su nariz. Javi López se ha recuperado de su problema ocular y Peter-McNeilly llegará y besará al santo para conocer a sus compañeros con un partido de por medio.
En el conjunto lucense es segura la ausencia del pívot griego Dimitrios Agravanis, fichado este mes para suplir la baja del lesionado Toni Nakic. Viajó a su país con permiso del club al no poder trabajar con el equipo por la lesión que sufrió en el último amistoso.
Un Derbi de Copa del Miño para comprobar si el COB sigue avanzando adecuadamente.