Cuatro testigos señalan a los tres detenidos como los autores del asesinato de Borja Villacís


La autoría en defensa propia que probablemente enarbolen los tres detenidos por el homicidio de Borja, el hermano beocio de la exvicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el intento de homicidio de su amigo Luis F. Á., de 27 abriles, tendría poca consistencia. El finado fue tiroteado por el clase de los apresados, que está previsto que hoy pasen a disposición del curia de centinela, tal y como han afirmado al menos cuatro amigos de la víctima mortal, incluido el que sigue ingresado con perdigonazos en la capital. Al obstrucción de esta tirada no estaba claro si declararán frente a el de turno de Madrid, en Plaza de Castilla, o en uno de Illescas (Toledo).

El Rama V de Homicidios de la Cuadrilla Provincial de Policía Jurídico tiene sobrado admisiblemente ceñido el caso. Los cuatro testigos ya han prestado revelación; Luis incluso lo ha hecho dos veces. Todos señalan a Kevin P. E., gachupin de 25 abriles, y a Ismael E. I. V., marroquí nacionalizado, de 24. Por otra parte, el BMW X2 plateado con el que actuaron en la carretera de El Pardo el pasado martes, a mediodía, lo conducía la principio de Kevin, María José E. J., de 52.

Ella fue la primera arrestada, dos horas a posteriori de los hechos, en la surtidor Shell de la calle de Antonio Leyva, en Plaza Elíptica. Se indaga en si ella asimismo disparó, cosa que no parece probable, pues se utilizaron solo un rifle del calibre 7,62 y una escopeta del 12 (postas). De cualquier modo, como leve su recital sería la de cooperadora necesaria en un homicidio y en otro intentado. Embistió uno de los coches del clase agredido y dio entrada y salida con él a los presuntos pistoleros.

Por otra parte, las fuentes consultadas investigan si esas y las armas de fuego que abandonaron en un descampado de la carretera de Fuencarral, en la huida, tienen el mismo origen que las aprehendidas en Bargas (Toledo) el pasado abril, en el entorno de la operación Lanzadera; encontraron machetes y un pequeño atarazana de pistolas y rifles en dos narcopisos en esa aldea, la misma donde residía María José, vinculada como su hijo al tráfico de drogas, tanto en esa aldea como en Pan Sencillo (distrito de Carabanchel).

El origen: un coche descontento

No solo es Luis el que señala directamente a los tres encartados. David es otro amigo, al que Kevin había descontento semanas antiguamente un Seat Valeroso por no prestárselo. Es más, llegó a poner en conocimiento de la Pelotón Civil el hecho y la cita del martes entre ambas facciones, era «para pegarse» a cuenta de esa represalia. El hijo de María José quería presionarle para que retirara la denuncia contra él, pues ya estaba encartado en otra investigación por drogas y tenía una indagación.

David no fue atrapado por los disparos, pero lo presenció todo y llevaba su propio transporte. Huyó a toda mecha cuando vio el tiroteo. En otro turismo es donde iban Borja y Luis, cuyo papel era mediar, porque sabían cómo se las podían ajar sus rivales; en un tercer transporte, en retaguardia, estaba otro pequeño, Nacho, que fue el que trasladó a Luis a la Fundación Jiménez Díaz. Y hay un cuarto superviviente en su propio coche que asimismo estuvo de apoyo y sirvió de declarante policial. Por otra parte, se apunta a dos agentes forestales que supuestamente asimismo vieron los disparos.

Por otra parte, en las inmediaciones, un allegado a los presuntos asesinos estaba apostado en un coche de color ambiguo, BMW o Audi, pero no participó activamente en las ejecuciones. Es algún de unos 50 abriles y cercano a María José. Se sospecha que estaba en las inmediaciones de la carretera de El Pardo cuando los ocupantes del turismo de los criminales paró en un arcén, frente a las instalaciones de Mediaset, y cambiaron las matrículas del automóvil. En el vídeo ilustración por personal de la empresa televisiva, se ve a la conductora tapar a los dos varones mientras doblan las placas y luego abandonarse en un descampado, a unos metros, una caja con las armas usadas y otras más, que luego fueron incautadas.

68 kilómetros de distancia

Pero, acto seguido, ella se subió al BMW y se marchó sola, dejando a su hijo y al magrebí solos, adentrándose en la zona de campo. Son 68 kilómetros los que separan ese punto de Yuncos (Toledo), la aldea a la que huyeron y donde el miércoles a mediodía fueron apresados por el Rama Peculiar de Operaciones (GEO).

Las sospechas apuntan a que el cuarto hombre estaba con su coche apostado en las inmediaciones y que se habían concertado para hacer allí el dimisión: él recogía a los dos pistoleros y los trasladaba a Yuncos, a la casa okupada donde Ismael pasaba largas temporadas, y ella tiraba directamente cerca de Bargas. Sin incautación, antiguamente de que tomara la A-42 (carretera de Toledo) desde la Plaza Elíptica, fue cazada por los agentes.

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