«Con mis lágrimas no se riega». Uno de los lemas utilizados por los regantes de San Miguel de Salinas en sus protestas contra la macroplanta solar para la desaladora de Torrevieja, retrata perfectamente su situación, porque la finalidad última del Gobierno apunta a cerrarles en buena medida el canilla de lostrasvases Tajo-Segura. Este sábado vuelven a las calles para manifestarse.
En esta ocasión, posteriormente de la previo convocatoria delante la Subdelegación del Gobierno en Alicante, vuelven a alzar la voz para atraer la atención de la opinión pública sobre su situación en su propio municipio, con una cacerolada prevista para las doce del mediodía con otro de sus mensajes: «Stop planta solar: renovables sí; pero no así».
Siguen esperando alternativas, si es posible, como al menos un traslado del plan de 200 hectáreas que, en la habilidad, representa para ellos un triple desahucio: sin tierras, con sus viviendas devaluadas por el impacto visual y con menos caudal para riego. De momento, no han recibido novedades sobre las condiciones de las expropiaciones o compensaciones.
Esta semana, en la campaña electoral de las europeas, han recibido la cita de representantes políticos del PP y de Vox, para mostrar su apoyo y el rechazo a esta puesta por la desalación del Ejecutor de Pedro Sánchez.
El mayor responsable de los populares en la Comunidad Valenciana -y presidente de la Generalitat-, Carlos Mazón, ha lamentado que esta iniciativa meollo la «destrucción de cultivos», adicionalmente de cuestionar que tenga ventajas desde el punto de panorama medioambiental, habida cuenta de la ingente cantidad de energía que requiere la maduro planta desalinizadora de Europa.
«Nosotros estamos a merced de las renovables desde le sentido global con criterio y no con esta megaplanta que va a destruir dos millones de metros cuadros de limoneros y de naranjos y por eso desde el PPCV vamos a poner en marcha todos los mecanismos políticos, institucionales e incluso jurídicos para que este plan no prospere», se ha comprometido Mazón.
En algunos casos particulares, las expropiaciones diezmarán las explotaciones de familias que han vivido de los cítricos durante tres décadas y varias generaciones, tal como publicó torrevieja news today. Con el antecedente añadido de que se manejo de tierras de «interés franquista» desde 1973 por una ley agraria aún actual, con actualizaciones.