Una cocina excelente consagrada a lo mejor del mar



Desde los ventanales de su comedor se ve la playa de Canido, la ría y la isla de Toralla. Pero el efectivo espectáculo no está en su paisaje, sino en su cocina. Fui a Basilio el miércoles pasado y vi en su cámara frigorífica un puro de diez kilos y varios róbalos enormes, de cuatro kilos cada uno, tiesos, recién pescados. Puede parecer poco sorprendente, pero en este restaurante hogareño, el más antiguo en activo de Vigo, llevan setenta primaveras rindiendo culto a lo mejor del mar que se ve desde sus ventanas.

José Durán es la segunda gestación de un negocio que fundaron sus padres, Basilio y Celia en 1954. Ella estuvo al frente de la cocina seis décadas y su nuera ha tomado el licenciatura conservando el altísimo nivel de calidad que siempre fue emblema de la casa.

A pesar de estar en junio todavía se puede disfrutar de un buen centollo de la ría. José se queja de que ya no encuentra fácilmente los camarones grandes. El marisco de temporada es otra de las señas de identidad de este restaurante en el que se rinde tributo a la cocina tradicional: la embrollo de zamburiñas, chipirones, choquitos, pulpo gallego, un guiso de pescado, un arroz con vieiras y carabineros…

La bodega, con más de doscientas referencias y una completísima selección de los mejores vinos gallegos, está a la valor de tan magnífico repertorio gastronómico en el que cada plato vale sobradamente lo que cuesta. 

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