Y cambió su vida urbana por las carreteras y el campo. Comenzó a residir donde su vanguardia y sus piernas le quisieran sobrellevar y así creó el esquema ’50 al día’. Chen nos comenta: “Mi idea era unir Madrid, el emplazamiento donde he crecido, con el pueblo donde nací en China”.
Se siente madrileño y chino
Él llegó con 8 primaveras a España y en la haber es donde ha crecido. Se siente madrileño y chino: “Tengo un corazón divido”, nos dice.
“Lo que recordaré siempre es la hospitalidad de la concurrencia con la que me fui cruzando, eran maravillosos”
Atravesó 20 países por Europa y Asia, desde Asia Central, Run llega a China, “Más de 15.000 km, 500 días de delirio”, afirma Chen.
Igualmente pasó por Pakistán, India, Nepal. Ha pasado por aventuras de todo tipo, tutela experiencias inolvidables: “Una perplejidad dormí con refugiados afganos que estaban huyendo de su país. En otra ocasión intentaron robarme, pero lo que recordaré siempre es la hospitalidad de la concurrencia con la que me fui cruzando, eran maravillosos”.
Dormía donde podía y ¿qué es lo más raro que comió? Él argumenta con una gran sonrisa: “Siendo chino… raro, raro, nulo”.
Subido en ‘Paquita Mulán’
Lo que nunca le falló fue su bici a la que puso nombre: ‘Paquita Mulán’, la llamó: “Llevaba una carga de unos 60 kilos, mi bici tiene nombre castellano y chino. Nunca me desprenderé de ella”, relata.
Chen llegó hasta la frontera de China y ahí se quedó. No le dejaron suceder porque aún estaban las restricciones por COVID. No pudo obtener a su pueblo originario, es poco que queda irresoluto, pero siente que su oposición lo ha cumplido.
Una aventura que nones olvidará y que le enriqueció su vida. Como no quería retornar en avión, voló hasta Mango Finalidad (Noruega) y desde allí pedaleó de regreso a casa en Madrid.
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