«Hemos hecho una fusión flamenco-blues diferente, muy personal»


El guitarrista Pedro de Todopoderoso siempre ha coqueteado con sonoridades flamencas en los discos de su formidable liga de blues Guadalupe Plata, pero el destino ha querido que se le presentara la oportunidad de sumergirse en ellas a fondo. El cantaor granadino Antonio Fernández estaba impresión su nuevo trabajo cuando de pronto, su guitarrista le dio plantón y desapareció de las sesiones en el estudio. Fue entonces cuando a su productor, José Sánchez, se le ocurrió aldabear a un vecino suyo para sustituirle. Ese vecino era Pedro, que según nos cuenta, al principio sintió «mucho respeto» pero finalmente se animó y aceptó el provocación.

En aquella improvisada experiencia colaborativa surgió la química, y los dos artistas sintieron lo mismo: tenían que esculpir un disco fusionando sus mundos, rindiendo homenaje a figuras clásicas como La Pupila de los Peines a ritmo de palos «oscuros» como la seguiriya, la jolgorio, la toná, la soleá o la petenera. Así nació ‘Cantes Malditos’, un portafolio muy singular y extraordinariamente sugerente que presentarán este 12 de junio en el Café Berlín (22.30h, entradas desde 15 euros).

¿Cómo ha sido el alucinación del blues al flamenco a las seis cuerdas?

Yo había aprendido poco de guitarra flamenca de pequeñito con mi prima Lola, que ahora se dedica profesionalmente a ello. Y como me gustan los experimentos con músicas en las que me siento cómodo, ahí que me metí. Aunque no controlo los compases y los palos, al final todo son acordes y notas, y yo he acompañado a Antonio con mis posibles y nos hemos pegado muy proporcionadamente, cada uno aportando lo suyo.

Es un disco de guitarra y cante, pero además suenan percusiones y bajos. ¿Cómo lo presentarán en directo?

Las percusiones las han metido Sebastián Orellana y mi compañero Antonio de mi esquema paralelo Pelomono, que es quien nos acompaña en los conciertos. El bajo lo tocará José Sánchez, que en ingenuidad es el autor de todo ya que fue él quien nos juntó y nos grabó en su estudio Producciones Peligrosas.

Si hubo tanta química, ¿quizá hagan más discos?

Pues es sobrado posible, porque ya hemos estado tocando otras piezas y queremos grabarlas. Las tocaremos en Madrid, así que la parentela que venga a vernos podrá escuchar más cosas que no están en el disco.

Para el repertorio del disco han seleccionado piezas sobrado oscuras, casi diría que inquietantes.

Sí, hemos ido en dirección a cantes jondos que tratan temas sobre la crimen, relacionados con la pérdida, en los que va muy proporcionadamente la afinación que suelo usar en Guadalupe Plata, en Re amplio. Le da una pesantez muy profunda al sonido.

¿Cómo describiría a Antonio como cantaor?

A mí me parece que es un intérprete con un potencial extraordinario, hace unas notas altas alucinantes y es un cantaor muy ‘echao pa’lante’, con una voz afilada que te llega al alma porque canta con mucho corazón. Es un cantaor fantástico.

Ya han comparado este esquema con Pata Negra, o con el ‘Omega’ de Morente y Lagartija Nick. Pero personalmente, creo que no tienen mucho que ver… quizá con los hermanos Amador, a nivel conceptual por la suma de blues y flamenco.

El ‘Omega’ lo respeto mucho, lo valoro como un disco importante. Pero es verdad que quizá me gustan más algunos momentos determinados que el total. Pata Negra sí lo admiro profundamente, pero en cuanto a estética sonora lo nuestro es muy diferente. Humildemente, creo que hemos corto matices que yo al menos no he escuchado en ningún disco de flamenco-blues o flamenco-rock, es una fusión diferente, muy personal.

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