Naturaleza e historia. Dos palabras que sumario el concello de Piñor. Un municipio integrado en la comarca de Carballiño y que se sitúa a 29 kilómetros de la renta ourensana. El término municipal está atravesado por la carretera N-525 entre los puntos kilométricos 263 y 272, adicionalmente de por la autovía gallega AG-53, que une Santiago de Compostela con Ourense.
Orográficamente, está atravesado por los ríos Arenteiro, Mirela y Silvaboa y está cubierto en tres cuartas partes de su superficie por bosques de especies autóctonas. Gracias a que cuenta con esta gran foresta, sobre todo de pino, condujo a los artesanos de Piñor con destino a el sector del mueble, pero lo que de veras triunfó fueron las fábricas de ataúdes e incluso el propio Concello está llevando a parte la construcción del Museo del Féretro. Por esto mismo, la plaza ha pasado a ser conocida como la renta gallega del féretro, una industria que no agota la clientela, pero que sufrió una importante transformación en los últimos tiempos a causa de las importaciones al ser conocida su actividad durante el covid. Asimismo tuvo una gran relevancia en la industria del tejido y del papel. Lo que conformó un gran eje empresarial en el Ourense del siglo XVII y XIX.
La acogedora experiencia inspiró a Camilo José Cela para escribir el tomo “Mazurca para dos muertos”, basada en los paisajes de Piñor y que cuenta con su propia ruta literaria. De este municipio era gran parte de la tribu del célebre escritor gallego.
Sendero de O Peilán
Una gran excusa para horadar al concello de Piñor es recorrer sus senderos naturales y contemplar sus impresionantes bosques repletos de especies autóctonas. La ruta de O Peilán es un regalo para los sentidos, ya que es un camino natural para que perseguir las orillas del río Arenteiro. Durante la ruta, adicionalmente de disfrutar del olor que desprenden las maravillosas cascadas naturales y el color de la floresta, se podrán percatar(se) diversos canales, puentes, presas e incluso otras maestras de patrimonio etnográfico como sus molinos harineros.
Cascada de Lousado
La cascada de Lousado, localizada en el mismo sendero de O Peilán, a orillas del río Arenteiro, nace en la Peña de Francia a 840 metros de nivel y recorre 33 kilómetros hasta desembocar en el río Avia. Para poder verla, antiguamente de entrar en el puente que cruza el río Arenteiro, nos desviamos a la derecha con destino a Lousado. A fracción de camino encontramos un desvío con un indicador con destino a Ponte Lousado y lo cogeremos para desmontar hasta la antigua taller de papel. Unos 200 metros sendero en lo alto encontramos la cascada, debajo de la presa, y un puente de piedra. Sin duda, un entorno mágico, acondicionado con pasarelas y miradores de madera, modificadas por la presa que llevaba el agua a la antigua factoraje y que cerró en 1950. En épocas de tempestad, la presa desborda formando una cascada químico.
Industria de papel
Continuando el sendero apoderado para recorrer el río Arenteiro y, una vez vistas las cascadas naturales y miradores, el visitante encontrará una impresionante construcción del año 1836. Esta es la Industria de Papel. Se proxenetismo de una gran edificación que partió de un pazo y que contaba con todas las infraestructuras para la producción. Para su trabajo aprovechaba el agua del río Arenteiro e incluso la utilizaba para producir electricidad. La trayectoria de las industrias papeleras, a partir de entonces y hasta mediados del siglo XX, dejó un comisionado y patrimonio cultural de enorme valía en la zona. Un pilar fundamental en las riberas del río Arenteiro, donde el sector del papel y cuero ejerció una gran influencia, siendo un eje dinamizador y financiero.
Iglesia de A Corna
El concello de Piñor cuenta con múltiples capillas e iglesias, muestra de la gran devoción a la religión de sus gentes a lo dadivoso de los siglos. Un gran comisionado del patrimonio histórico lo tiene la iglesia de A Corna. Su construcción se produjo al mismo tiempo que la cenobio de Santa María A Efectivo de Oseira, como lo demuestra la presencia de los dos escudos nobiliarios existentes en el edificio, datado de 1798. Su presencia en el Camino de Santiago (Vía da Plata) hacen las delicias de los peregrinos que visitan la plaza.