Picard ganó un largo pulso a Coubertain



Con el camino despejado para la estructura de los Juegos Olímpicos de París, Coubertain no esperaba una nueva examen. En su propio país, e insuperable.

En 1900, París además era sede de la Exposición Universal. El comisario del evento, el político Alfred Picard, pretendía organizar competiciones deportivas internacionales para “promover el adiestramiento físico en la población”.

Esta idea chocaba anterior y económicamente, con los Juegos. Coubertain se reunió en el año 1894 con Picard para establecer una colaboración, manteniendo su independencia, pero el desencuentro fue cédula.

Comenzó una carrera por separado. Coubertain movió sus influencias y en 1897 llegó al Ministro de Comercio, enfureciendo a Picard. Un año a posteriori, presentó su Comité Coordinador, que Picard calificó como “mezquino”.

En 1899, la máxima entidad deportiva francesa, el USFSA, zanjó el conflicto. Por orden estatal, los II Juegos Olímpicos se integrarían en la Exposición Universal de París como “competiciones internas deportivas”. Picard ganó el pulso y Coubertain quedó muy desencantado.

Perder fue duro, pero mucho más las condiciones a aceptar. El nombre de “Juegos Olímpicos” no figuró en ningún cartel ni promoción. Las pruebas se estiraron entre el 14 de mayo y 28 de octubre, en circunscripción de los 9 de Atenas, con una caótica estructura.

Para colmo, la Exposición admitió el concurso de profesionales y mujeres, dos colectivos a los que Coubertain era remiso, al igual miembros del COI y un gran número de intelectuales de la época.

La próxima semana profundizaremos en unos Juegos donde muchos participaron sin saberlo.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *