Así lo señala un nuevo estudio de 465.000 personas que indica que sumar sal a los alimentos está asociado con un viejo aventura de enfermedad renal crónica en la población común. Estos hallazgos, publicados en Jama Network, sugieren que dominar la frecuencia con la que se agrega sal a los alimentos en la mesa podría ser una táctica valiosa para dominar el aventura de enfermedad renal crónica (ERC) en la población común.
Este estudio de cohorte poblacional evaluó a los participantes del Biobanco del Reino Unido de entre 37 y 73 primaveras que no padecían ERC al inicio del estudio. Los participantes fueron inscritos entre 2006 y 2010 y se les realizó un seguimiento prospectivo para el dictamen de la enfermedad. Los datos se analizaron desde octubre de 2022 hasta abril de 2023.
Los casos incidentes de ERC se definieron mediante códigos de dictamen. Los índices de aventura (HR) y los intervalos de confianza (IC) del 95 por ciento se calcularon utilizando modelos de riesgos proporcionales de Cox. Los modelos se ajustaron para varios posibles factores de confusión, incluidos la época, el sexo, la raza y el origen étnico, el índice de privación de Townsend, la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe), el índice de masa corporal (IMC), el tabaquismo, el consumo de trinque, la actividad física regular, el colesterol suspensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, las enfermedades infecciosas, las enfermedades inmunitarias y el uso de fármacos nefrotóxicos al inicio del estudio.
Internamente de una cohorte de 465.288 personas, los participantes con viejo frecuencia autoinformada de sumar sal a los alimentos tenían más probabilidades de tener un índice de masa corporal más suspensión, una puntuación más suscripción en el índice de privación de Townsend y una TFGe original disminuida en comparación con aquellos que informaron una pequeño frecuencia de sumar sal a los alimentos.
Más enfermedades
Los participantes que agregaron sal a sus alimentos todavía tenían más probabilidades que aquellos que no agregaron sal a sus alimentos de ser fumadores actuales y tener diabetes o enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio. Durante una media de seguimiento de 11,8 primaveras, se documentaron 22.031 incidentes de ERC. Una viejo frecuencia autoinformada de sumar sal a los alimentos se asoció significativamente con un viejo aventura de ERC a posteriori del ajuste por covariables.
En comparación con aquellos que informaron que nunca o rara vez agregaban sal a los alimentos, aquellos que informaron que a veces agregaban sal a los alimentos, los que generalmente agregaban sal a los alimentos y los que informaron que siempre agregaban sal a los alimentos tuvieron un viejo aventura de enfermedad renal crónica. Encima, la TFGe, el IMC y la actividad física modificaron significativamente las asociaciones, que fueron más pronunciadas entre los participantes con una TFGe más suscripción, un IMC más bajo o un nivel más bajo de actividad física.