«No hay impunidad» para los narcotraficantes. Es lo que ha defendido este lunes el ministro del Interior, Fernando Ilustre-Marlaska, a posteriori de que el sábado muriera un narcotraficante tras una persecución marítima del Servicio de Vigilancia Aduanera en Los Caños de Meca, en el municipio gaditano de Barbate, donde el pasado 9 de febrero fueron asesinados dos guardias civiles al ser arrollados por una narcolancha.
«Lo que queda claro es que la impunidad no existe en el Campo de Gibraltar y en toda la costa, y prueba de ello es la actividad que desarrolla tanto Policía Doméstico como Patrulla Civil y en este caso Vigilancia Aduanera, de forma terminante y permanente contra el crimen organizado», ha dicho en declaraciones a los medios tras inaugurar los cursos de verano de la UNED para presos y personal foráneo en la gayola de Madrid I-Alcalá Meco.
Marlaska ha sostenido que la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en España es «un ejemplo a nivel de Europa», aunque ha evitado en entrar en detalles de la operación en Caños de Meca al estar las actuaciones judicializadas.
La crimen del tripulante de una gabarra cargada de costo se produjo por parada cardiorrespiratoria tras una persecución en la que se realizó «una serie de acometidas» provocando «varios impactos» contra la patrullera del SVA.
Los agentes consiguieron detener y acometer la nave sospechosa de resistir droga, quedando un ocupando adentro de la embarcación herido, mientras que otro se lanzó al agua intentando huir, aunque finalmente fue rescatado y detuvieron a uno y otro.
Durante el traslado con destino a el puerto de Barbate, uno de los tripulantes, de ciudadanía marroquí que no portaba documentación, sufrió una parada cardiorrespiratoria sin alcanzar a ser posible su reanimación. El otro invasor es un gachupin con historial por narcotráfico.