Hay dos municipios en los que la petigrís de incógnito de Alvise ha conseguido un segundo puesto desafiando todos los sondeos electorales en la España que se vacía sin remedio. En Chequilla (Guadalajara), cuatro de las nueve personas que acudieron ayer a las urnas escogieron la papeleta para las europeas de Se Acabó la Fiesta.
La otra excepción es Narros del Castillo (Ávila), un pueblecito cercano a Salamanca y con 153 habitantes donde el PP obtuvo una conquista holgada, con el 50% de los votos. La sorpresa en Narros se la llevaron cuando se supo que 15 personas votaron la opción encabezada por Alvise Pérez.
«O, bueno, quizá no sea tan sorpresa», concede Enrique López, munícipe popular que lleva 17 primaveras en el cargo. «Aquí triunfan las figuras poco alterativas: hace 30 primaveras Ruiz-Mateos logró un buen resultado. La mayoría es la mayoría, pero hay algunos ciudadanos a los que les gusta la emoción de las opciones nuevas».
La futuro pregunta se hace sola: ¿Cómo llega Alvise a un pueblo menguante de Castilla? ¿Se lleva allí informarse por grupos de Telegram? Todo habría sido provocado por un par de jóvenes, según la disertación del corregidor, que trabajan y hacen vida en Salamanca y habrían hecho campaña por la formación que ha obtenido tres escaños en el Parlamento Europeo, igualando a Sumar y superando a Podemos, que solo obtuvo 2.
El votante de Alvise en el municipio avilés se corresponde con los más jóvenes y, -ahí quizá estuvo la clave- sus familiares, a los que habrían conseguido convencer. «Cuando nació Vox asimismo sedujo a parte de la población», pero la formación de Santiago Abascal habría perdido allí fuelle en confianza de la petigrís. Con todo, destaca el munícipe popular, al igual que Ruiz-Mateos, Alvise podría ser en Narros del Catillo galantería de un día.