García Martínez relata que cuando quiso subir al tren, el encargado de validar su billete “le pidió que doblara la bicicleta y se subiera sin funda”. Este profesor del Campus de Ourense hizo lo que le pidió el trabajador de la estación, pero éste le reprochó, según el relato del profesor, “que pagara el 100%”, algo a lo que el afectado se negó. “El reglamento no aparece. Me dejaron tirado en Santiago y perdí mi trabajo”, se queja Martínez.
Según el argumento del docente del Campus, con el cobertor de la bicicleta cerrado “Tendría que transportarlo por toda la estación, lo cual me resulta imposible debido a mis problemas de espalda”.
Señala que en Santiago “es la única estación de Galicia donde ocurre esto, en A Coruña y Ourense no hay problema. No puede ser que Renfe ponga tantas trabas en nuestra manera de utilizar el transporte público y libre de emisiones, a pesar de “Todas las normativas, las localidades, autonómicas, estatales y europeas, no quieren más que potenciarlas o utilizarlas”.