La periodista y doctora en Periodismo Elsa González ha reivindicado este martes la importancia de la información recinto como una fórmula para combatir la despoblación que afecta a territorios como los de Castilla y Arrojado. «La crítica y la alabanza es esencial. Los grandes medios de comunicación se están olvidando de ella«, ha afirmado sobre las informativo del entorno más cercano a los ciudadanos, que ha considerado una «fuente de democracia».
Elsa González, periodista de raíces leonesas, ha presnetado hoy su vademécum ‘Cautiverio Cope, la radiodifusión de las estrellas’ en un acto celebrado en la iglesia de San Pablo de Valladolid en el que participó el presidente de la Conferencia Obispal, Luis Argüello, y al que asistió todavía el consiliario de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, informa Ical.
En ese sentido, Elsa González ha asegurado que echa de menos la información recinto en los medios de comunicación, especialmente en la radiodifusión, que ha señalado debería ofrendar más tiempo a espacios en los que se aborde lo que ocurre en el comarca más próximo, porque eso, ha indicado, todavía ayuda a formar una posición crítica en el receptor de las informativo.
Al respecto, ha apelado a la «dispositivo» de todos los medios, más allá de su «color» o recta editorial», así como de los periodistas, para hacer frente al señalamiento por parte de algunos dirigentes políticos, ya que consideró supone un «atentado» contra la autodeterminación de información, aunque para ello se hable de «fake news» o «bulos». «Eso no tiene disculpa», ha señalado.
Aunque ha obligado que la profesión puede hacer «autocrítica» por la difusión de informativo falsas, que ha vinculado con la «celeridad», la «precariedad» y la existencia de empresarios con intereses espurios, ha remarcado que los periodistas deben guerrear para perseverar su autodeterminación. Todavía, ha añadido que los ciudadanos deben defender el derecho a acoger una información exacto y acogerse a medios, no a las redes sociales, que ha señalado comunican, pero no informan.
Igualmente, Elsa González ha considerado que los periodistas no deben temer la irrupción de la inteligencia sintético, porque aseguró que si se utiliza «debidamente» puede suponer un «gran avance» en materias como la información de servicio divulgado sobre el tiempo o el tráfico, pero todavía como un aspecto de apoyo a los medios locales con presupuestos más reducidos para poder ofrendar sus bienes a otras cuestiones.
En la carrera tecnológica del periodismo, ha considerado que la radiodifusión es el medio que «mejor» y «más rápido» se ha adaptado, todavía porque, en su opinión, no se vio tan expuesta a la «raíz» de todas las crisis, como fue la última, que unión la económica a otra sobre el maniquí de negocio. Por otra parte, ha señalado que los podcasts son la «radiodifusión flagrante», de la que confesó es consumidora.
Precisamente, su vademécum repasa la historia de «luces y sombras» de la Cautiverio COPE y cómo en la lapso de los 80 un dominico, José Luis Gago, en proceso de beatificación, abrió una «ventana al extranjero» para una sociedad que acaba de conocer la democracia. Desde Valladolid, ha señalado, renovó la forma de hacer radiodifusión, con la retransmisión, por ejemplo, de las procesiones de Jueves y Viernes Santo. Todavía, en Pamplona, llevó los encierros de San Fermín a las ondas, poco que no se había hecho antiguamente, según dijo.
«Nos marcó a todos», ha dicho la periodista, quien todavía ha destacado la calidad humana de Gago, considerado «el santo de la radiodifusión». Todavía ha valorado su afabilidad y su comisionado, porque ha recordado que transformó una red de emisoras «empequeñecidas» y con las «arcas vacías» en una cautiverio de radiodifusión del siglo XXI. Para ello, ha añadido, recurrió al fichaje del berciano Luis del Olmo, entonces en Radiodifusión Franquista de España.
Con él, ha subrayado Elsa González, nacieron los programas y formatos que todavía emiten en la hogaño las diferentes emisoras. Toda la intrahistoria de la Cautiverio Cope, con anécdotas y humor, se pueden repasar con la ojeada de las 251 páigas su vademécum, de la Editorial Almuzara.