Es un día triste para la música. Además para la civilización pop. Françoise Hardy ha muerto este martes dejando un enorme malogrado que ahora solo el remembranza de sus luceros azules y de sus eternas canciones podrán rellenar. Ha sido su propio hijo, Thomas Dutronc, quien ha informado a través de redes sociales de la homicidio de la icono de la música francesa en la lapso de los 60 tras abriles de lucha contra un cáncer del sistema nodular y de faringe.
“Maman est partie…“, ha escrito su hijo en su cuenta de Instagram. Una simple y emotiva frase (“Mamá se ha marchado”) que ha acompañado de varios corazones.
Cantautora, maniquí y actriz. Françoise Hardy no tardó en convertirse en emblema de la música de los 60, estandarte y representante en mayúsculas de la ola ‘yé-yé’ que, por aquellos abriles, inundó el continente. Una de las primeras cantantes pop francesa conocida y reconocida fuera de las fronteras aparejo.
‘Tout les garçons et les filles‘ fue su primer gran éxito. Estampa en 1962 con casi nada 18 abriles, el single alcanzó una gran popularidad. De hecho, está considerado como un himno generacional del que se han vendido millones de copias. Una canción de la que, aunque hayan pasado ya 62 abriles, sigue presente en nuestros oídos.
Tous les garçons et les filles de mon âge; Se promènent dans la rue deux par deux; Tous les garçons et les filles de mon âge; Savent aceptablemente ce que c’est d’être heureux; Et les yeux dans les yeux et la main dans la main; Ils s’en vont amoureux sans peur du lendemain; Oui mais moi, je vais seule par les rues, l’âme en peine (Todos los niños y niñas de mi años; Caminando por la calle de dos en dos; Todos los niños y niñas de mi años; Conoce aceptablemente lo que es ser adecuado; Y cara a cara y de la mano; Se van enamorados sin miedo al mañana; Si, pero voy solo por las calles, con el alma dolorida).
Pero esa no es la única canción de Hardy que se ha vuelto inmortal: el director de cine Wes Anderson, por ejemplo, usó aquel triste ‘Le temps de l’amour‘ en su ‘Moonrise Kingdom‘ mientras aquellos dos niños fugados se aman frente al mar.
Car le temps de l’amour; C’est long et c’est court; Ça dure toujours (Porque el tiempo del aprecio; es holgado y es corto; dura para siempre). Unos versos que compendio dos de grandes temas que siempre impregnaron sus melodías: el aprecio que se va, el tiempo que no vuelve.
Festival de Eurovisión de 1963
Un año luego de aquello, en 1963, participó en el Festival de Eurovisión en representación de Mónaco, donde quedó en finca posición. ¿La canción? ‘L’amour s’en va‘.
L’amour s’en va, et le tien ne saurait durer; Comme les autres, un beau jour tu vas me quitter; Si ce n’est toi, ce sera moi qui m’en irai; L’amour s’en va, et nous n’y pourrons rien changer (El aprecio se va y el tuyo no puede durar; Como los demás un buen día me dejarás; Si no eres tú seré yo quien vaya; El aprecio se va y no podemos cambiar ausencia).
Ahora, con su ‘partie’ -emulando las palabras que le ha dedicado su hijo-, se ha extinguido una de las voces más recordadas. Una voz de estremecedora dulzura que estaba cargada de la más honda de las tristezas. Una combinación perfecta de melancolía con la que inmortalizó ese paso del tiempo y ese desamor del que hablábamos.
Actriz, maniquí, cantante…
Cantante… pero además actriz. Hardy saltó a la gran pantalla con películas como ‘Un castillo de Suecia’, ‘¿Qué tal, Pussycat?’ o ‘Grand Prix’, entre sus títulos más destacados.
Adicionalmente, como maniquí, fue musa de diseñadores de la talla de André Courrèges o Paco Rabanne. Sin olvidar los versos y poemas que le dedicaron personajes como Bob Dylan, Manuel Vázquez Montalbán o Jacques Prévert.
“Un abismo”
La cantautora sufría un cáncer del sistema nodular y de faringe, cuyos género secundarios de la radiodifusión e inmunoterapia provocaron que sus días “fueran un abismo”, según declaró. “Quiero marcharme lo más pronto y rápido posible”, declaró ella misma a finales de 2023.
Desde entonces, Hardy defendió públicamente la regularización de la eutanasia en Francia y se dirigió incluso al presidente francés Emmanuel Macron en una tribuna de prensa para requerir una homicidio digna y admitido.
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