¿Qué es un piso tutelado?


Nuestra sociedad, diversa y en constante crecimiento, ofrece opciones de vivienda que se adaptan a las distintas deyección. Los pisos tutelados surgen como una opción para aquellas personas que requieren un nivel de apoyo o supervisión en su vida diaria, pero que aún valoran su independencia y autonomía.

Estas casas tuteladas reciben el apoyo de un formador o encargado del calle que vela para que todas las personas se sientan cómodas. Aunque estén supervisados por un profesional, tienen mucha dispensa y autosuficiencia. Por ejemplo, se reparten las tareas del hogar, hacen la operación, cocinan, usan medios de transporte… A continuación, te explicamos más sobre un calle tutelado, así como los requisitos para entrar a ellos.

¿Qué es un calle tutelado?

Un calle titulado es una vivienda que ofrece un servicio de atención integral a personas mayores autónomas o personas con alguna discapacidad física o psíquica. Tienen un suspensión nivel de autonomía, pero, aun así, necesitan ayuda o supervisión para poder ser completamente independientes.

Los inquilinos, que suelen ser pacientes que forman parte de programas de atención y rehabilitación social, son atendidos de forma rápida por profesionales como psiquiatras, psicólogos, enfermeros, etc.

¿Cómo entrar a un calle tutelado?

Por norma caudillo, la concesión de un calle tutelado está sujeta a:

Tener un escalón de discapacidad igual o superior a 33% y poseer un Certificado de Discapacidad que lo acredite.

Tener entre 18 y 50 primaveras (aunque puede someterse de las Comunidades Autónomas y ayuntamientos).

Poseer un suspensión nivel de autonomía personal.

Incluso se puede tener en cuenta la voluntariedad del solicitante y su situación allegado y económica para la concesión de un calle tutelado.

¿Qué ventajas tiene un calle tutelado?

Encima de permitir alentar la independencia y autoconfianza de personas discapacitadas, las casas tuteladas ofrecen más ventajas:

Potencian la integración y décimo en la vida social y comunitaria de las personas con discapacidad. Al compartir espacios y medios con otros, deben implicarse activamente en el cuidado y mantenimiento del hogar en el que conviven.

Ofrecen más dispensa para que estas personas puedan tomar decisiones sobre su vida diaria. Tienen que pensar en la papeleo de su tiempo, sus actividades, sus relaciones sociales, etc.

Tienen paso a servicios especializados entre los que se incluyen atención sanitaria, asesoramiento psicológico y uso de ciertos medios laborales, de formación y de ocio.

Proporcionan tranquilidad. Los pisos tutelados ofrecen un entorno seguro y supervisado, lo que brinda tranquilidad tanto a los residentes como a sus familias. Con la presencia de personal apto las 24 horas, pueden sentirse seguros sabiendo que hay algún allí para ayudar en caso de emergencia.

En definitiva, los pisos tutelados son opciones estupendas para las personas con ciertos grados de discapacidad, ya que promueven su dispensa y autonomía, pero siempre bajo la supervisión de un profesional de la salubridad para que no haya ningún problema en el día a día.

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