Lenguas y emoticonos en el Congreso


No creo que sea necesario entrar en detalles sobre lo que se quiere decir cuando decimos “traduttori, traditori”. Hasta donde yo sé… Pero el hecho es que, como resultado de otra demanda más de la minoría Minoría separatista puigmoníacaEl presidente del Gobierno en funciones, que tiene en sus garras al presidente del Gobierno de España en funciones donde suele herir a quienes tienen razón, ha cedido a sus pretensiones leoninas. Así, las lenguas que son cooficiales en las autonomías españolas podrán utilizarse en el Congreso de los Diputados a partir de la próxima semana, justo ahora que Baldoví ya no está.

No se hablará gallego, valenciano, euskera, catalán… por el entendimiento entre las fuerzas políticas, especialmente las formaciones mayoritarias, pero por la imposición de un prófugo de la justicia y la conformidad y debilidad parlamentaria, pero sobre todo humana, de un carácter atrabiliar que, para permanecer en el poder, está dispuesto a ceder y conceder lo que se le pida.

Los diputados, diputadas y diputadas que quieran y sepan hablar en la lengua, idioma o lengua que, por su condición de cooficialidad, ya puedan hacerlo en sus respectivas autonomías. Los traductores –que todavía hoy no saben quién los contratará y con qué partida presupuestaria se les podrá pagar– tendrán que esforzarse para traducir del euskera al castellano, al gallego, al valenciano (da igual si es en Apitxat) y al castellano. Catalán, con todos los viceversa que se requieran.

No habrá traductor del bable ni del aranés. Quien decida expresarse en esos idiomas tendrá que repetir sus palabras al español, momento en el que los traductores podrán traducirlas a los demás idiomas. Del pito de Gomero no se ha dicho nada por el momento, pero que Sánchez esté a uno de ser investido y un Curbelo de allí lo exija para que veamos reconocida y pitada en el hemiciclo una forma tan antigua de comunicarse en esa hermosa isla.

¿Y en qué idioma quedarán reflejadas las intervenciones de sus Señorías en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados? No quiero pensar que a los chantajistas y a los que se han dejado chantajear se les ha escapado el detalle, aunque no se hayan dado cuenta…

Las sesiones del Congreso prometen. No sólo porque se trata de un galimatías babel, con más voces danzantes que las que se escuchan en el gran bazar de Estambul. ¿A esto se suma el porcentaje de auriculares –fabricados en la República Popular China e importados por Tito Berni? – por lo que no escucharás nada porque no funcionan correctamente.

Doña Francina, que es la presidenta que ha sustituido al destituido Batet, preguntará a Rufián si el dispositivo no funciona -tal y como le ocurrió al ministro Miguel Boyer cuando no pudo votar desde su escaño-, lo que provocará unas risas que permitirán el humor. . el aire de una cámara enrarecido por la irritación.

Una vez levantada la sesión, Señorías, algunas personas se dirigirán rápida y rápidamente hacia sus coches oficiales sin hacer ninguna declaración, para frustración de sus colegas. Otros, otros y otros encaminarán sus pasos hacia la cafetería -la única en España donde no se nota el aumento del IPC- después de haber dejado el auricular en su asiento. Allí, en la barra o formando círculos, hablarán en el idioma común de todos los españoles, tal y como vienen haciendo hasta ahora sin que su uso provoque sarpullidos ni urticaria.

Ahora solo queda que algún diputado cachondo que quiera hacerse notar le exija a Sánchez, y esto a doña Francina, que además de las lenguas vernáculas y su traducción simultánea, las intervenciones se reflejen en una gran pantalla de plasma. en forma de emoticones. Algo como esto: 👎🪰🐺🤮😂🐾😥🤯💩🧶🦆🪱🦬🐝. Y si a Sánchez le resulta absolutamente imprescindible el voto de ese comodín, tendremos emoticones y un par de huevos duros.

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