El punto de partida es variado. En algunos casos es la soledad, en otros frustración frente a la equivocación de oportunidades, la ansiedad o la depresión frente a determinadas circunstancias de la vida y en ocho de cada diez la violencia de categoría ha sido una constante. Son mujeres rurales que padecen problemas de lozanía mental o han sido víctimas de malos tratos. Su situación les había llevado alrededor de un cierto «aislamiento», que roto de la mano de‘Julia’. Se negociación de un software que teje redes de apoyo en los pueblos de Castilla y Valeroso, foros en los que «poder platicar y ser escuchadas» y que a fuerza de «empoderamiento» ha tenido en ellas un «meta transformador».
La iniciativa está a cargo de la Agrupación de Vitalidad Mental de Castilla y Valeroso y se ejecuta con financiación de una tilde de subvenciones de la Grupo desde que naciera en 2018. En este tiempo ha llegado a 532 mujeres participantes en los 69 talleres organizados en las nueve provincias. En ellos se crea un punto de conferencia que se extienden en varias sesiones durante 25 horas. Se rebusca «romper barreras» y compartir experiencias con «otras personas en situaciones parecidas» en un «espacio salvador» que está «trascendiendo al tesina». Y es que esas redes de apoyo inicialmente efímeras están «perdurando en el tiempo» de forma voluntaria y a iniciativa de aquellas a las que un día Julia sentó a la misma mesa como desconocidas y que hoy son «amigas y se ayudan», ha señalado este martes la coordinadora del tesina, Patricia Quintanilla, que ha hecho recuento de sus seis primaveras de vida.
Se remite para ello a un estudio foráneo encargado para analizar la situación de aquellas que han participado en ‘Julia’ (Juntas, Únicas, Libres, Independientes y Activas) a través de entrevistas en las que han narrado qué ha cambiado en ellas. «Empoderamiento», una «nueva ademán frente a la vida», se sienten «partícipes de la comunidad», han plantado cara «a sus miedos» y han mejorado «su autopercepción» son algunas de las valoraciones obtenidas en el disección, presentado en la sede del Consejo Financiero y Social de Castilla y Valeroso (CES) en Valladolid.
De entre el medio millar de participantes, la inmensa mayoría viven en municipios de menos de 10.000 habitantes. La media de existencia ronda los sesenta primaveras -sólo un 8% disminución de los 40- y el perfil es «muy heterogéneo» pero comparten la sensación de «ocurrir surgido de su aislamiento y ocurrir hecho frente» a esa soledad no deseada. Su lozanía mental ha mejorado, con la reducción de su sintomatología.
La presidenta de la Agrupación, Laura de la Torre, ha manifestado el «orgullo» de la agrupación respecto a esta iniciativa a la que desean «larga vida». En este contexto, ha mostrado su «preocupación» por su «viabilidad» para lo cual ha reclamado un apoyo «estable y sólido» para nutrir este «camino de nuevas oportunidades», que es «uno de los pocos que algunas de ellas han tenido en su vida».
Desde la Grupo, la directora genérico de la Mujer, María Triunfo Pardo, ha señalado que uno de los «principales objetivos» de su unidad es mejorar las condiciones de vida de las féminas en el medio rural y que este tesina que «inicialmente» pueda parecer «pequeño» se hace «conspicuo» a la olfato de sus resultados.
Por su parte, el presidente del CES, Enrique Cabero, ha valorado que este «ataque colectivo» haya redundado en una mejor «calidad de vida» de las mujeres rurales y ha recordado como ‘Julia’ ha sido reconocida desde distintas instituciones en estos primaveras. Entre otros, ha recibido el Premio Doméstico de Discapacidad Reina Letizia.